18 diciembre 2011

La provocación

Sólo hay que provocar si estás dispuesto a asumir consecuencias.

Los faroles hay que llevarlos hasta el final, porque si no, pierdes credibilidad. Y no ante los demás, que me da igual lo que piensen. No, el problema es que piensas que tú no eres capaz de hacerle daño a nadie, y que te tienes que dejar comer el terreno siempre. Los taconazos son para los demás, sí, pero también para ti misma. Eres capaz de defender tu terreno, eres capaz de tener voluntad.

Provoca y vence... tal y como sepas vencer.

Cuánto riesgo hay que tomar?

No tengo respuesta real para esto, pero si hay que hacer un poco de caso a lo que suele hacer... Creo que suelo tomar mucho.

Cuando estaba tranquila en Madrid, sin problemas (aparentes) decidí irme al extranjero, a buscar una aventura, huyendo hacia delante. Fue un riesgo innecesario. No digo que estuviera segura 100%, pero claro, vivir más cerca de mi familia es un valor añadido.

No, no me da miedo el riesgo. Me da vida. Por supuesto tengo que medirlo antes de asumirlo. Pero riesgo tras riesgo es lo que hace la vida. Una vida monótona, gris, no me llama la atención.

Hasta el día que me lleve la torta de mi vida, claro.

15 diciembre 2011

El control y la independencia

Honestamente, no creo que esto tenga mucha miga, pero igual a alguien le sorprende la simplicidad con la que veo este asunto.

No se puede ceder el control y mantener la independencia. Pero, lo que es más duro, no se puede recibir el control y mantener la independencia, jajajajaja

Vamos a poner un ejemplo facilito al público congregado. Los padres tienen control sobre sus hijos. Los hijos ceden por ley el control a sus padres. Y decidme, quién es más independiente de los dos grupos de personas? ¿Os habéis fijado en lo bien que duermen los nenes en sus carritos? ¿A quién envidiáis, a los padres que arrastran el carrito o al nene? ¿Quién sirve a quién?

Vamos con las relaciones convencionales. Las normales, las de toda la vida de la democracia donde ambas partes de la pareja son pares. ¿Tienen independencia de movimiento? No, por supuesto que no, estén a malas o a buenas, no tienen independencia. Hay reglas, hay convenios.

Sé que desde fuera este es un punto muy negro que no se entiende. Cómo alguien puede ceder el control a otra persona. Tiene algo de infantiloide, tiene algo de querer depender. Yo tampoco entiendo mucho la pareja convencional, para qué contarlo. Ayer conté mi historia con Marco por encima en un bar. Y una chica escandalizada me dijo que eso ella no lo permite, que una vez estuvo con un chico que no le quiso dar la exclusividad después de estar liados una semana (!) y que le dejó. Y yo me quedé con la sensación de que vengo de Marte.

Pero nunca los caminos iniciáticos fueron fáciles, siempre hubo pruebas en ellos.

14 diciembre 2011

El control y su pérdida

Mi situación personal es un poco extraña, claro que nunca ha dejado de serlo, salvo cuando no tengo ningún interés en nadie.

Mis juegos son peligrosos, y hay que gestionar el riesgo. Matemáticamente, el riesgo se mide como consecuencias (en general económicas) por probabilidad de que esto suceda (del 1 al 0). Es como los "mercados" deciden si arriesgar capital.

Riesgo = Consecuencias x Probabilidad

De manera que cuando las consecuencias pueden ser peligrosas la probabilidad tiene que ser baja para que el riesgo sea asumible.

Yo ahora estoy asumiendo un riesgo muy pequeño, puesto que me he puesto a jugar, como quien no quiere la cosa, con un desconocido en internet. Mis juegos implican cesión del control sobre lo que puedo o no puedo hacer, o lo que debo o no debo hacer. Las consecuencias podrían ser mayúsculas, pero la probabilidad de que algo negativo me pudiera suceder, es muy pequeña.

Con lo cual sólo queda el juego, que me divierte como siempre. Me fastidia dulcemente que me prohíban pequeñas cosas razonables, como puede ser ir en bici sin casco. Tiene cierto regusto a impertinencia que simplemente me tengan que recordar ese detallito ¿Recordáis a cierto expresidente que se preguntaba quién quería que condujeran por él? Pues mi rebelión interna es del mismo estilo. Pero acato, claro, y simplemente la obediencia sobre unos cimientos tan inestables o rebeldes, me producen infinitas sensaciones, mariposas en el estómago. Porque me rebelaré, con todas las de la ley, cuando lo necesite. Pero de momento, no he tenido tanto estrés.

En realidad esto tiene mucho que ver con mi forma de ver el juego. Cuando no puedo más, cuando no puedo aceptar más normas porque estoy más que ahogada, cuando decida olvidarme de todo, será ante el que me protege al que le protestaré, le gritaré, literalmente, o silenciosamente, desobedeciendo en algo que en el fondo, creo que tengo derecho a elegir.

Ahora sólo me sonrío ante la posibilidad. También me sonrío ante la idea de que él desearía que fuera menos buena. Pero sólo tiene sentido desobedecer si no se espera de ti. Y también es divertido tantear el terreno, tomar el pulso, ver hasta dónde llegas capeando la tempestad.

También sé, que una vez traspasado el límite, no aceptaré medias tintas.

13 diciembre 2011

De donde vengo no me llaman osada

Nunca fui un terremoto. En el instituto era una chica reservada que sólo parecía vibrar con problemas de matemáticas, que entendía adecuadamente. El resto me era bastante hostil. No es que las chicas del instituto fueran especialmente mezquinas conmigo (lo eran con otras, pero no conmigo). Yo simplemente no conectaba si no era a través de algún juego matemático, o a través de una fantasía elaborada. El tema de los chicos, de las chicas, del sexo, del mundo, era algo que no me escandalizaba, que no rechazaba. Pero no iba conmigo.

Pasé casi toda la carrera así. Fui más abierta en la uni, por supuesto. Pero nunca me llamó la atención nadie, y si lo hizo, fue de forma muy idealizada. Tanto que no tiene casi nada que ver con la forma de sentir que tengo hoy en día. Había muy poco de erotismo en aquella historia. Me refiero por supuesto a alguien concreto, pero baste decir que me gustaba porque lo consideraba la persona más bondadosa del mundo, el más dulce. Nunca me hizo mayor caso, afortunadamente, porque no hubiera funcionado.

¿Era osada en aquel tiempo? No, pero sólo hay atrevimiento si hay miedo de por medio. A mí no me daba miedo, simplemente no me llamaba la atención.

Con Marco experimenté por primera vez lo que es un cuelgue hormonal (más tarde emocional, pero eso es harina de otro costal). No hubiera pasado de un rollito de verano si no se hubieran alineado los planetas, si no fuera un manipulador que lo único que quería hacer era darle celos a una rubia muy fresca.

Eso es así, más o menos. Marco y yo empezamos un Mayo. Ella se fue de vacaciones, y cuando volvió, dejé de liarme con Marco del orden de un mes. Yo ya lo daba por cerrado, sabía lo que pasaba entre ella y él, y acabado el cuelgue hormonal, todavía no había llegado el cuelgue emocional. No me dolía mucho, apenas el orgullo, y tampoco tanto. Al fin y al cabo, Marco ya había desaparecido un par de veces ese verano para ir a verla, y ni siquiera había tenido el valor de decírmelo a la cara. No me molestaba (en aquel entonces) demasiado, pero tampoco lo convertía en alguien especialmente admirable.

No había daño, por supuesto, y podría haber acabado ahí. Pero la rubia no dejó a su respectivo y Marco estaba sediento de venganza. A mí no me importaba lo de la doble relación, o el cuadrado amoroso. Pero si me hubiera dado cuenta entonces de que yo no era más que su forma retorcida de darle celos a terceros, posiblemente no hubiera aceptado. Con el tiempo, igual eso me ha vuelto más perspicaz hacia las verdaderas intenciones de la gente.

Aquello se extendió por cinco años, principalmente por culpa mía, cuando debió terminar ahí. Debió terminar en muchos puntos, pero ese fue el primer punto en el que cedí demasiado. No osé a pararlo, lo dejé ir cuando no debí permitirlo.

¿El pasado sólo es pasado? No, el pasado me ha hecho más atrevida. El pasado me ha dado alas para descubrir nuevas formas, me ha dado la posibilidad de pensar mal de la gente (antes me hubiera escandalizado sólo de planteármelo). El pasado me ha dado colmillos y uñas, para atreverme con el mundo. Al fin y al cabo, Marco no sólo me utilizó. Me enseñó muchas cosas útiles. De cómo ser dulce, de cómo comerme el mundo, de cómo confiar en mi instinto, de cómo atreverme con la vida.

10 diciembre 2011

Pesadillas

Me vine al lejano país donde empieza el Polo Norte. Me vine buscando poner sal en mi vida. En parte huía de una maravillosa ciudad en donde todos los rincones estaban impregnados de recuerdos que a veces fingía que no me afectaban. Cuando me preguntaban si voy a volver a España yo contestaba que la aventura para mí no parecía más que haber empezado. Que no lo sabía.

Anoche tuve un sueño. Volvía a Madrid. Encontraba un dúplex precioso en una buhardilla en Gran Vía. En la planta baja había un dormitorio pequeño, un baño pequeño y una cocina pequeña. Todo muy cuco. La planta de arriba era un solo espacio con grandes ventanales en las cuatro paredes. La luz entraba a raudales por todas partes, y los cristales eran de esos que tienen canales por dentro con agua circulando consiguiendo una temperatura perfecta. Pensaba que una vez puestas plantas en las ventanas, un generoso sofá y una mesa para comer, aquello iba a quedar precioso.

Mi madre y Ana me ayudaban a colocar las cosas, estaban contentas de tenerme de vuelta. Yo estaba contenta con el nuevo trabajo que había encontrado en Madrid, que me permitía poder pagarme aquel sitio. Todo era perfecto, había terminado más o menos el día, y me acostaba un rato. Entonces en la duermevela, pensaba, ya he venido, ya no tiene remedio, ya no volveré a Dinamarca.

Y entonces me desperté sobresaltada, diciendo, yo no quiero estar en España.

Esta mañana me he dado cuenta de que lo que quiero hoy es no volver.

01 septiembre 2011

Toneladas de cal



De acuerdo, que esta entrada se sale un poquito del tema romántico erótico que en general hemos traído, y si Arena me lo pide, bajaré la entrada.

Por otra parte, dado que ya no publicamos casi nunca, y nadie nos lee, qué más da mantener la línea editorial o no.

Así que me voy a reír un rato de los rezos de Twitter.

No me refiero a decir simplemente un "Oh dios mío" que yo los digo mucho, y no porque crea. Digo decir auténticas parrafadas. Incluso concatenar twits con rezos. Tampoco me refiero a dar tu opinión sobre lo grande que es dios y lo mucho que nos ayuda. Me refiero a rezar de verdad. Rollo de "Dame fuerza, Señor, en este día, pues sólo tuyo es el poder" o cosas así. Y es que señores, Dios lee twitter. O al menos debería. porque hay mogollón de twits hacia él. Recordáis la película "Como Dios", cuando Jim Carrey pide que todas las oraciones le lleguen en manera de "post it"? Pues Jim Carrey ha vuelto a hacer de las suyas, y ahora pide que le lleguen Twits.

Que conste que no es ninguna originalidad. Yo ya había visto algún vídeo para rezar novenas (y mira que lo de las novenas está pasado ya). O rosarios.


Paso de poner el vídeo embebido, porque es mucha tela que cortar tener eso colgado en el blog. Además, tendría menos posibilidades de que Arena me mantenga el post, que se ha vuelto más radical con respecto a estas temáticas de superstición católica. Y es que quizá en este tema ella sea más Cal y yo más Arena. Porque yo disfruto hablando de la biblia, y la leo mucho, y estudio todo lo que puedo sobre el tema. Ella está enfadada con las JMJ por algo así como que le hacían dar mucha vuelta con la moto.

Visto en Twitter:

"Dios mío, dame fuerza y voluntad para seguir adelante"

"Dios mío dame fuerza y valor para resistir esto pk realmente no c para que existen algunos médicos."

"La fuente eres Tu Señor, el manantial que la fuerza me da, dame de beber de ti, necesito mi ser refrescar..."

"Señor dame fortaleza y valentía para enfrentar los desafíos que pones en mi camino. Amén ♥"

"Señor, Tú me das la esperanza y el gozo que muchos hablan, me haces sentir esa pasión por la que muchos te alaban."

¡Y estos sólo son un par de ejemplos! De veras que la red está llena.

Como mensaje final a todos y todas los rezadores y rezadoras de internet. No creo que dios tenga wifi. Una cosa es difundir su palabra (cosa que no os animo a hacer) e intentar convencer a los demás de lo chachi piruli que es creer y lo mucho que dios os ayuda, y otra cosa es rezarle a él de verdad en Twitter. De veras que si yo fuera San Pedro me estaría echando unas risas.

06 junio 2011

¿Por qué soy yo la cínica?

Según la RAE, cinismo es:

1. m. Desvergüenza en el mentir o en la defensa y práctica de acciones o doctrinas vituperables.

Yo me siento más identificada con "la defensa y práctica de acciones o doctrinas vituperables". Por eso acepto que me llamen cínica y sarcástica. Lo soy. Me gusta lo políticamente incorrecto, sabiendo además, que cambia dependiendo donde se está.

He pasado el fin de semana tranquilito, y cuando volví, tomé una decisión. El chico que ya no sonríe nunca no podía seguir por donde iba. No es que me estuviera haciendo mobbing, pero empezaba a parecerse a "una actitud hostil prolongada en el tiempo", así que decidí tomar el toro por los cuernos.

En cuanto se quedó solo, me acerqué (le acorralé, en realidad) y le pregunté si tenía un momento. Me dijo que sí, claro. Ahí me acobardé un poquillo e intenté suavizar un poco preguntándole que qué tal. Bien, me contestó, pero no me preguntó que qué tal yo ni nada lejanamente educado.

"Mira, yo sé que te pasa algo, pero eso es cosa tuya. De cualquier manera, ¿me podrías devolver el saludo?". Me preguntó cuándo no lo había hecho. El miércoles en la parada del autobús. Dijo que no se había dado cuenta. Pensé, "pues debiste ser el único de los 10 que estábamos en la parada que no se dio cuenta". Pero contesté "pues mira, mejor, casi lo prefiero así". Creo que notó mi incredulidad.

Fin de la conversación.

Esto sí es cinismo, y no mi sarcasmo.

01 junio 2011

Dios me libre de violar libertades individuales

Desde que me mudé, sólo me he enfadado dos veces.

No soy adivina. Mi sarcasmo debería protegerme ante los golpes. Pero no lo hace. Aunque me de cuenta de las motivaciones, y de que en el fondo, no he podido hacer algo tan malo para merecer el vacío al que estoy sometida por el chico de la hermosa sonrisa, aunque ya nunca sonría, hay algo en mí que me hace sentir culpable.

Porca miseria de educación católica. Podría haberme ayudado para tener fe en un ente superior que justificara todo el sinsentido, pero no. Esa parte no conseguí asimilarla. Pero lo de que siempre tienes algo de culpa, esa no me la quito de encima.

Cerrar puertas nunca es definitivo. No en mi caso (no reabrí la puerta veces con mi querido Marco). Soy demasiado voluble. Por eso me gustaría estar mucho más serena mientras escribo esto. Ayudaría a que fuera definitivo.

Pero nunca cerré ni una sola puerta como acto de serenidad. Serena, es como si todos los demás fueran niños que no se dan cuenta del alcance de sus actos.

En fin, mañana veré Berlín por primera vez. Poner distancia REAL ayuda a retomar los sinsabores de la vida con otra perspectiva. Tomaré decisiones al volver. Porque me heriría el orgullo volver a cerrar una puerta de boquilla, y no de forma real.

Los hechos concretos. Hemos estado 10 minutos esperando el autobús sin saludarnos. Yo llegué a la parada después, él sabía que iba (porque trabajamos juntos y es el bus de volver del curro), pero fingió estar profundamente interesado en su móvil. Busqué un par de veces su mirada, pero el móvil era su escudo. Llegó el bus, me apresuré a subirme y a esconderme en los asientos de la parte de atrás, por no sufrir otro desprecio de "hago que eres invisible y ni me siento contigo". Y el muy tonto cuando fue a hacerlo, se dio cuenta de que no estaba. Levantó la presuntamente mirada perdida porque yo había desaparecido dentro del bus.

Y yo sentí la rabia amarga de haber ganado un pueril juego en el que no quería participar. Con un cobarde (al que ni siquiera fue difícil derrotar) que veo todos los días y que encima trabajamos en el mismo departamento. Y recordé las palabras de Marco, que yo con él me había vuelto demasiado resabida.

23 mayo 2011

Y al final, me arrejuntaré con el mexicano

No me gusta lo suficiente como para embobarme con él, pero ¿acaso eso es malo? Noto que cuando estoy embobada con algún estúpido dejo de tener brillo.

Eso sería pulir mi derecha del todo. Arrejuntarme con alguien a quien verdaderamente no amo porque me quiere, y me consiente, y me mima. Y escucha mis gritos de socorro aunque haga un mes que no nos hablamos, y me escriba un mail de saludo preguntándome si he hecho un pacto con el diablo porque cada vez que me ve estoy más guapa. Y que no entiende por qué no le creo.

Todo el mundo dice que el verdadero amor no es el embobamiento, enamorarse se hace día a día, y no tiene nada que ver con las hormonas. Arena dice que hable a las claras con él (más que lo he hecho hasta ahora me parece imposible), pero ¿qué más tradicional que un matrimonio por conveniencias?

Y todas las ventajas que eso conlleva. Seguiré siendo un espíritu libre. El mismo que va a un bar para mendigos para verlos jugar al ajedrez, o que se oculta en una estación de bus o de trenes para ver gente rara. Que sale y no sabe a dónde va, ni con quién terminará. Que vagabundea por el mundo porque la vida es demasiado absurda como para pensarla demasiado.

¿Hasta qué punto me consentiría el mexicano que hiciera mi vida libre como el viento?

17 mayo 2011

Caótica neutral

Buf, el primer punto del día es que echo de menos a una amiga con la que lo fuimos todo y nos hicimos mucho daño, en el tiempo en el que para hacerse daño no hacía falta acostarse con el novio de. Lo bonito que tiene la memoria es que no maduramos en ella. A lo mejor a ella ya no le hacen gracia estos temas. Era muy exhibicionista, estuve buscándola en el google a ver si veía algún blog suyo. Pero nada, sólo su perfil linkedin y facebook. Directora de oficina de Banesto en no diré en qué provincia, por si las moscas.

De cualquier manera, ella me enseñó a jugar al rol. Y qué era una alineación. Puedes tener un caracter moral (bueno, neutral o malvado) y un caracter frente a las normas (legal, neutral o caótico). El caracter moral es quiero el bien, quiero el mal o quiero la neutralidad.

El carácter frente a las normas es legal (las normas están para cumplirlas), neutral (las reglas están ahí si te convienen) y caótico (sea cual sea la regla, sáltatela).

Yo solía ser legal neutral... en la vida real, que no en el rol. En el rol tendía a la picaresca. Pero en la vida real, legal neutral o legal bueno, según. Desde que Marco marchó, soy caótica neutral.

Es una alineación terriblemente peligrosa. Muchos masters (de Dungeons and Dragons) no la aceptan porque es un personaje intrínsecamente imprevisible y no puedes planear una partida con él. Están un poquito locos.

En fin, dejaré un enlace por si a alguien le interesa el tema.


Siempre digo que me he vuelto de derechas, y sin embargo, mirándolo bien, lo que me he vuelto es una egoísta redomada.

Estuve tonteando con un chico, y en cuanto le conté lo que había hecho el sábado, dijo que no podía ser. Que yo no quería renunciar a mi libertad. Yo le dije que no me había liado con nadie, y que no era justo. Me dijo que eso de salir sólo con chicos no podía ser con él. Que tampoco podía quedarme a dormir en el sofá de otro amigo porque fuera terriblemente mal. Que en general, esperaba más respeto de sus chicas y menos amigos.

Pero que podíamos ser grandísimos amigos.

Le mandé a la mierda. No sé, igual soy yo que le veo tres pies al gato, para eso está Arena que me dirá su opinión, pero... Si le parece tan mal que tenga amigos (y no para liarme con ellos), lo de ofrecerse como amigo, ¿no es un poquito incoherente o incluso hipócrita? O es que acaso lo que quiere es liarse conmigo a la larga y luego escudarse en que sólo somos amigos porque yo no renuncio a mi libertad.

Fue un golpe duro, porque pensé que me había reformado con el tema del libertinaje y resulta que todavía tengo que trabajar mucho mi tradicionalismo para que se me admita como pareja estable. Pero volverme más tradicional y que luego tenga una vida tradicional para divorciarme dentro de diez años y quedarme con mi vida tradicional y solitaria, me da urticaria. Y de ahí que me sienta en el limbo, sin alineación, o caótica neutral.

Y el chico era de un dulce y tenía unos ojazos... Me gustaba de verdad.

04 mayo 2011

Autoexposición como ejercicio de vida.

Tengo un cuelgue de lo más tonto. Siempre me pasa. Me cuelgo una temporada, se convierte en el centro del universo como si no hubiera más machos alfa y.... al tiempo me lo tengo que quitar de la cabeza.

Porca miseria. En general no soy de hablar de mi vida a los cuatro vientos si implica sentimientos. Los míos, en concreto. Eso lo suelo guardar en la privacidad de la confianza. Pero por una vez, haré una excepción y lo pondré en un sitio un poco menos privado. Tomémoslo como un ejercicio de llamarse gilipollas en voz alta.


Es la misma historia de siempre. Conocí a un chico, amigo de un amigo, hace ya tiempo. Casi 3 años. En el momento el chico me pareció cortado por patrón para mí. Desde entonces, resultó que era amigo del grupo. Se puede decir que un amigo un poco satélite, por que ha tenido épocas en las que le hemos visto bastante poco. Va y viene. Pero es "uno de los nuestros". Lo cual es, en cierto modo, una putada. Si yo, que soy una tía súper abierta con el mundo en general, me vuelvo tímida, reservada y torpe, socialmente hablando, con alguien que me gusta, eso, cuando es un amigo, me lleva a que el tonteo se reduce a 0 cuando es un amigo, y más si tiene novia.

Y esa era la circunstancia. Él con novia, y yo, con cierta atracción controlada hacia él. Hace un año ahora, no supe bien cómo ni por qué, tonteó conmigo. No daré detalles, por que hay cosas que tampoco merece la pena remover. Pero después de una serie de detalles, a la hora de irnos, no supe reaccionar a la "indirecta" y me fui a casa dándome cabezazos contra el cristal del autobús. Pero respetando que, a mí, nadie me había dicho si las cosas iban bien entre él y su novia, y que no tenía noticia alguna de que lo hubieran dejado. Y efectivamente, no sé si fue un movimiento de Tarzán, de no soltar una liana hasta tener otra, y perdí mi oportunidad, o si fue producto de que estaban mal y buscaba consuelo (pero en cualquiera de los casos, hubiera accedido a dárselo). No lo habían dejado, pero lo harían un tiempo después.
La siguiente vez que le vi, vino ella. La única vez que la vi, por cierto. Y lo siguiente, él estaba destrozado y viviendo la ruptura como si le hubieran arrancado una parte de él sin decir por qué. Lo dejó él, conste, ella no estaba en el ritmo que él seguía, y prefirió no seguir con una relación que no evolucionaba después de años. Así que lo dejó pero no porque quisiera que se acabara.


Lo siguiente fue un viaje largo, y que se había curado la pena con una chica que conoció en su viaje. Volvió con otra novia. Lo que a mí me deja (y siento usar una canción de Mecano -lo negaré delante de cualquiera...-)
'mojándome las ganas en el café'. Ahora tiene una relación a distancia con una chica que, encima, no me puede caer mal por que es encantadora y bebe los vientos por él. Y él, se deja querer, y se implica en que por fin, le quieran.

Desde el verano pasado, nos llevamos más (salvo en la época de su viaje, que teníamos contacto por mail y algún skype). Pero siempre como amigos. Nos reímos juntos, yo miro al suelo, y seguimos con la conversación. Busco pistas, resquicios de aquella vez. Algún interés. Busco la mirada y luego me arrepiento, por que creo que sólo yo busco esa mirada. A veces le sorprendo mirando y me obligo a pensar que es igual que cuando mira a cualquiera, aunque en el fondo, a mí me gustaría que hubiera otro significado. Y sueño con él, y me quedo con el corazón blandito el resto del día, sólo por eso.


Y si la historia se repite, no pasará nada nunca, y yo seguiré pensando que él debería ser menos mi tipo, o al menos, menos majo, que siempre se lleva mejor. Y le volveré a ver estar cariñoso con su chica, y yo miraré al suelo, y seguiré con mis "qué hago yo aquí" cuando eso pase. Y probablemente, en alguna borrachera, que espero que sea mutua, me hartaré de hormonas, y pondré las cosas sobre la mesa sólo para que me aplasten el corazón con alguna silla y lo chorreen con un vaso de alcohol, para después flambearlo como gran gourmet que soy. Y sólo así me curaré.

Me ha pasado otras veces, y en alguna de las ocasiones, he terminado siendo una gran amiga de ese chico, después de una temporada de cuarentena. Pero preferiría no llegar al flambé... con un poco menos de exposición al ridículo me conformo también.
Lo que me molesta entre otras cosas, es que, no es fácil que me guste alguien. Y cuando me gusta, me gusta bastante.

En definitiva, soy gilipollas. Y cuando soy gilipollas, no hay ni cal, ni arena.
No hay nada.

12 abril 2011

De cómo voy perdiendo la cordura

Iba a responder a Arena a su anterior post, poniendo un nuevo ejemplo y haciendo un símil entre el diseño de una vida y el diseño de un avión. Pero no me apetece porque creo que ya he dejado más claro que menos mi opinión al respecto. Así que vamos a dar un trozo de mi idiosincracia. A un indio, que no tiene que ver con el chico del que hablaba hacía un par de meses, le molo. Se llama R. Yo lo sabía pero como ya había llovido mucho, creía que se le había pasado. H. me abrió conversación para contarme cómo el colombiano que me tuvo en la puerta de mi casa se había intentado liar con otra chica, que su excuñada, la colombiana, le había persuadido (es amiga de la esposa) y cómo R. se había beneficiado a la chica. "Ábrele conversación y dale la enhorabuena". Le pregunté para qué. El viernes me estaba diciendo que a R. todavía le molaba, y mostrar demasiado interés por sus affairs puede ser malinterpretado. H. me insistió, claro, y me dijo que estaba deseando que yo me enterara. En fin, quise pensar que igual mi sentido común estaba equivocado. La conversación fue desastrosa y me cerró absolutamente la conversación, al estilo del chico de la hermosa sonrisa. Suspiré. Pero lo que me llamó la atención es que me dijo que se había dado cuenta de que yo era muy sarcástica. Me sonreí. ¿Que te gusto desde hace dos meses y te estás dando cuenta ahora de que soy sarcástica? ¡Es mi quintaesencia! Lo cual demuestra que no te gusto, aunque lo creas. Sólo te mola una imagen que tienes de mí, pero no yo. A otra cosa mariposa. Me llevó a reflexionar. A lo mejor el chico de la hermosa sonrisa no me gusta, sólo es la imagen que tengo de él. Hice una lista de las características de mi chico ideal. Complicidad, abierto a contrastar ideas, gusto por los juegos más bien duros, muy cariñoso, muy dulce. Jajaja. Casi no cumple ni una de las características. Eso sí, está bueno el jodido. Muy muy bueno. Cuando lleva la camisa semiabierta es un escándalo, o cuando le he visto la tablita de chocolate. Estas cosas son las que me tranquilizan. Las cosas que me inquietan son las de que suene el despertador, y darme cuenta de que estoy soñando con él. Darme la vuelta para diez minutos más y decir, no sigas soñando con él que no te viene bien. Y seguir soñando con él. Y otros diez minutitos más y otros diez minutitos más. Y a seguir susurrándome, no sueñes con él, no te viene bien. Luego, rayada, de camino a la universidad, intenté sacarle el punto positivo. Por lo menos, sólo me obsesiona en sueños. Durante el día, lo voy controlando, ahora que no le veo, jajaja. Arena, estoy fuera de mí.

03 abril 2011

Etiquetando, la vida se nos fue pasando.

Qué tierno cuando éramos canijas y teníamos una "másmejoramiga". Y no fue tan tierno cuando ya teníamos más amigos, y una de ellas se enteraba de que otra era tu másmejoramiga. Desde ese momento, deberíamos aprender que lo de las etiquetas, no siempre encaja. Mamá y Papá son etiquetas que siempre estarán ahí. Hermanos, tíos, primos.... todos seguirán. Pero a lo largo de la vida, usamos las etiquetas de todo lo demás como esas que son inamovibles. Un amigo no siempre lo será, la evolución y la vida nos dictan ritmos que, a propósito o sin quererlo, nos acercan y nos separan de la gente. Compañero, amigo o vecino, son términos que están sujetos a cambios. Son.... estacionales. Cuando conocemos a alguien, amigo de algún amigo, supongamos, y nos echamos unas risas con unas cañas en un bar, no tenemos expectativas de cuál será la relación que tengamos con esa persona. Dejamos que evolucione, que surja.... y unas veces, no volverás a coincidir, y otras, esa persona pasará a ser, por ejemplo, amigo tuyo. Sin embargo, cuando intimamos las relaciones, la gente tiene una necesidad extrema de etiquetar, cual científico de las relaciones, el estado de cada una de ellas. O follamigo, o novio, o marido, o..... ¿y eso? ¿de dónde viene semejante necesidad? Me explico: soy una persona que no se plantea así las cosas. Empiezo con sexo, como todo el mundo, con una atracción física y curiosidad por lo nuevo. Despejando la incógnita de qué será verdad y qué lo que yo imaginé de cómo sería. Si me gusta, y él quiere, repito. Si repetimos muchas veces, en algún momento, habrá que tener la conversación, a veces incómoda, de qué somos (por situarnos, habrá que usar alguna de las etiquetas socialmente aceptadas) si hay sentimientos románticos incluidos, la cosa va, o no, por un lado. Si hay comodidad, sexo y rutina como analgésico de la vida diaria, va por otro. Si estamos en el mismo punto, o si no. Durante esto, yo no me pongo barreras de conocer a sus amigos o no. En eso soy siempre igual, abierta siempre a conocer gente nueva. Pero haría lo mismo con amigos, vecinos y horteras de la Gran Vía. Cal puede dar fe. Mis amigos siempre se entremezclan. Esta conversación de la que os hablaba, no es por etiquetar, sino más bien, para ir trazando las líneas que dibujan el pacto del que hablaba hace dos post. El de decirnos en qué terreno estamos cómodos. Para mí, un follamigo no quiere decir necesariamente que sea sexo vacío. Puede haber cariño, y diversión, pero no amor. O que falte sincronía de sentimientos. Un novio, no quiere decir que tenga un trámite de conocimiento para llegar a una boda. Porque no quiero casarme. Un marido, no es necesario para mí, porque no creo en ciertas instituciones. Un marido es alguien con quien tienes un contrato, para heredar o que decida si te pueden operar en caso de accidente. No lo veo necesariamente ligado por sentimientos románticos. Después de todo esto, en lo que no sé si me he explicado demasiado bien, lo que quería decir es que, las etiquetas sociales estandarizadas, no siempre se ajustan a todos, y creo que nosotros mismos somos los que tenemos que pararnos, analizar lo que queremos y lo que sentimos y expresarlo lo mejor posible para que los demás entiendan que puedes tener un follamigo del que estás enamorada, pero que sabes que no funcionaría una relación más profunda porque, por ejemplo, os odiáis en convivencia pero funcionáis en la cama. En lógica, esa es una relación difícil de etiquetar, y sobre todo, de llevar. Pero ¿quién dijo que las relaciones eran fáciles?

02 abril 2011

Mientras más pasa el tiempo

Mientras más pasa el tiempo, más racista me vuelvo. De veras, si tuviera aquí el botón de "matemos a los colombianos ya sin compasión" lo apretaba.

Cómo puede un señor con esposa y una niña pequeña querer meterse en mi cama. Cómo puede ser que no me dejara cerrar la puerta de mi casa y me rogara entrar porque "no va a pasar nada, lo que pasa es que los colombianos te han hecho mucho daño y crees que son todos iguales". Mientras me metía boca. La única forma que tuve de librarme de él fue decir que iba a llamar a H para que viniese y le echase, y agarrar el móvil y de hecho llamarle.

Sí, la culpa fue también mía porque me dejé abrazar, que entre otras cosas, es algo que me apetecía. Y yo llevaba diciendo desde el bar que él estaba jugando con fuego y que no estaba bien. Me decía que no. Para demostrarle que sí, ataqué sin llegar a mayores (le abracé, me puse loba) y él se deshizo y dijo que no iba a pasar nada, pero sí estaba pasando, aunque no nos llegamos a besar ni nada.

Me acompañaba a casa y decía que me tranquilizase, que no estuviera enojada y esas tonterías. Yo le pedía que me dejara en paz. Que no quería que me acompañase. En la puerta de mi casa me dijo, está bien, me voy, pero abrázame, y nos abrazamos, empezamos a jugar el juego de acercar mucho los labios a ver quién caía (tonta de mí, eso fue mi culpa, pero creí que se iba) y me metió boca. Pírate de una puñetera vez. No ahora no, que estás enojada. Pírate, intenté cerrarle la puerta de mil formas, pero es más fuerte que yo y allí estuvimos forcejeando.

Hasta que no se me ocurrió lo de llamar a H, veinte minutos de quiero subir, por dios bendito, que tienes una niña pequeña, no va a pasar nada, sólo quiero que estés bien, estoy bien, pírate, no, no lo estás, etc, etc

Para ser sinceras, me lo hubiera tirado si no fuera porque tiene pareja.

Ah, bueno, y si se quiere añadir un punto de color a toda esta historia, es el hermano del exmarido de la colombiana. Que también lo intentó conmigo ayer BTW. Pero vio a su hermano tan interesado que se retiró.

ADV.

31 marzo 2011

Las relaciones según Cal, en Marzo de 2011

Al hilo del gris de Arena, he estado, como siempre, pensando en mi posición con respecto a las relaciones. La realidad es que ya no quiero grises, después de cinco años de grises, grises muy negros, y grises muy blancos.


Ya no acepto grises. Quiero decir, entiendo que las personas pueden conocerse todos los días y que puedes sentir química por alguien. Es legítimo y nada que puedas hacer por ello. Hasta ahí, vale. Pero, ¿cultivar una relación que está en el filo de la navaja? WTF?


Sí, estrictamente, es un gris blanco. Parece injusto exigir que pongas distancia con una persona porque sientas química por ella, si esa persona es además alguien con quien puedes hablar de tus aficciones, en este mundo en el que estamos tan solos. Argumentos como "¿qué he hecho yo para que desconfíes de mí?", o "cree el ladrón que todos son de su condición", te atrapan en una espiral de culpabilidades, celos, salidas acaloradas, actos de contrición, etc.


Por eso yo prefiero buscar a alguien más honesto. Más valiente, porque la honestidad resulta difícil sin valentía. Y es ahí dónde el chico de hermosa sonrisa empieza a fallar.


Y es que planificar una conquista es planificar una relación. Y cuando ves ciertas actitudes suyas con la colombiana no puedes más que pensar "no quisiera estar en su pellejo", por más correcto que él haya sido.


Yo lo que exijo en una posible pareja, es que por ejemplo cese la caza hasta que se resuelva si va a haber relación o no. No es justo, porque es algo que no comunico. Pero ¿acaso es justo que unos varones nos gusten y otros no basándonos en el olor? Esto no es un trabajo y no hay igualdad de oportunidades para todos. Él tiene derecho a hacer lo que le venga en gana, pero yo tengo ante todo derecho a decidir.


Las relaciones son difíciles, y básicamente, se resuelven por satisfacción de la pareja. Me planteo por ejemplo que en una relación es altamente probable que tenga que realizar una felación, y es algo que en general, no disfruto. Tienes que trabajar mucho para que le guste, buscar la posición adecuada, investigar cuál es el área más sensible (porque no todos los chicos son iguales y la psicología influye mucho). ¿Le gusta mirarte a los ojos mientras? ¿Le gusta que le roces otras partes? ¿Cuáles? ¿Y con qué intensidad, para cada momento? Posiblemente es algo que no haga bien a la primera. Duele la mandíbula y se te queda la boca seca. Y lo peor de todo, hay ratos que es profundamente aburrido.


Si todo este trabajo te da pereza porque a él no le ves tan entregado y no tan interesado en la relación, mira, es mejor que te compres un consolador y tengas fantasías sexuales en las que seguro que no tendrás que trabajar. El ser humano es el animal que puede sufrir o disfrutar simplemente con la imaginación o con el recuerdo. Así que si te mola un tío, y te imaginas que puede ser un capullo, mejor te imaginas que estás con él y pasas de la persona real. Porque además, probablemente, el que te gusta no es él, sino la imagen idílica que te has hecho de él.


Por supuesto, no digo que no lo vaya a hacer jamás. Digo que ponerme a la faena es algo que no voy a hacer con cualquiera. Y tiene que ser con alguien que rechace los mismos grises que yo. Pero por convicción y no para liarse conmigo. De ahí a que no comente mi opinión al respecto (demasiado tiempo viendo como la gente muda de cara para alcanzar sus objetivos).


Al mexicano nunca le realicé una felación, y él nunca lo pidió. Tiene razón Arena en que me he vuelto un poquito como Marco, porque eso es algo que él tampoco hizo hasta que no lo pedí, y tardé mucho en espabilar. E igualmente como yo, es algo que él hizo desde la primera vez igual que yo lo hice desde la primera vez con Marco.


Por eso el mexicano me hacía sentir culpable a todas horas y procuraba liarme lo menos posible con él. Cuando él preguntaba, yo le contestaba que tenía la sensación que él estaba más pillado. Él decía que yo no le conocía. Vale, había honestidad por las dos partes. Y sabía que él se liaba con otra. Pero yo no me sentía cómoda con solo recibir y no dar nunca. Aunque ahora esté deseando verle y haya acordado con él que dormiré en su casa en Madriz.


Debe tener que ver con que cada vez soy más de derechas. Y es que a veces, muy pocas, me planteo, que si la sociedad occidental ha establecido mediante ensayo y error y siglos de investigación que el ideal de compañía son dos homínidos que duermen juntos, ¿quién soy yo para cuestionarlo? Es decir, sí puedo cuestionarlo, pero pierdo el tiempo porque ya está todo inventado. La solución no es buscar nuevas fórmulas, sino buscar tu solución rápido para aprovechar el máximo tiempo para ser feliz.


Y al mismo tiempo una voz en mi interior se revela ante tal idea. Y esa es mi dicotomía desde que me dejó Marco.


Arena, me alegro de que hayas vuelto. Me gusta tu otro post, así que publícalo.

El blanco, el negro, y el gris inexistente.

¿Qué hay de los tonos intermedios? ¿vosotr@s los veis?

Me vais a perdonar la pregunta, pero a veces, taaaaantas veces, la gente de mi alrededor no reconoce más alla del bien y del mal, de los matices, de los atenuantes y los agravantes, del blanco y el negro en definitiva, que me sorprende, cuanto menos, tener que explicar las cosas con ejemplos claros.

Y es que, en el caso de una pareja más o menos bien avenida, nunca se puede garantizar que uno de los dos, o incluso los dos, no vaya a conocer a alguien en algún momento, que como poco, le obnubile. Y eso, de por sí, no está mal, desde mi punto de vista. Conocer, no es malo. Es vivir.

Si vierais la cara que se le pone al personal cuando dices algo así, como poco, asusta un pelín. Es como si de repente, te convirtieras en un peligro, una amenaza para su bienestar. Como si fueras inestable en vez de racional. Como si de tí dependiera su pareja (la tengan o no).
Y entonces es cuando empiezas a explicar: que lo malo, es la traición. Que lo saludable es tener un pacto con tu pareja que determine lo que sois y lo que tenéis, y que eso, es lo que tiene que ser sagrado. Que cada uno, tiene un punto de equilibrio y comodidad para estar cómodo con el otro. Y empiezan a suavizar las caras. Lo que dices, tiene algo de sentido.
Lo que está mal, es faltar a ese pacto. La traición no es conocer a alguien, que todos conocemos gente constantemente sin que signifique nada mencionable. La traición es mentir, no respetar y sacrificar el pacto de bienestar de tu pareja, para el provecho propio. Conocer a alguien y no decir que tienes pareja, actuar tonteando para conseguir algo de esa nueva persona, y finalmente, cruzar la línea que trazaba un trato de compromiso con esa persona a la que has prometido que jugarás al mismo juego que ella. Ahí las caras suelen volverse asertivas y se mueven arriba y abajo como si fueran el perrillo del cuello flojo de un coche viejo. Pero tengo que describir una traición para que no se sientan violentos.

No todos necesitamos lo mismo. No todos somos iguales, y esas diferencias, son lo que nos ayuda o nos impide estar con una u otra pareja, entre otras cosas.

Ninguno estamos libres de conocer a alguien que, por química o naturaleza, nos atraiga como pocas personas lo hacen. Las hormonas, la complexión, el olor (ay! el olor....), son percepciones que no son controlables y que sin embargo, no menosprecian el calor, el cariño y lo reconfortante de un abrazo matutino de un amor longevo.
Y sin embargo, como si todos fueran a ser víctimas de un engaño, se posicionan a la defensiva. Y me hace gracia. Sobre todo si pensamos en cuántos de ellos han engañado, y cuántos han sido engañados. Pongamos que, al menos la mitad de ellos, fueron traidores en algún caso. Supongo que una atracción animal, científicamente testada, habría sido una excelente excusa para ellos. Y es entonces cuando interesan los grises.

Y no. Nunca he sido infiel o traicionado ese pacto.

...y como íbamos diciendo... las amistades.

Hace tanto que no escribía, que no sé ni qué fue lo último que conté antes de mi último post. No puedo dilucidar, ahora mismo, cuánto ha cambiado mi vida desde esa última vez que supisteis de mí. Lo que sí puedo decir, es que es bastante menos de lo que yo esperaba que fuese.

Hay veces que sabes que la gente se hará especial en tu vida, pero no sabes exactamente de qué manera. A veces para bien, y a veces, para no tanto. No sé si eso le pasará a todo el mundo, o si es sólo una cosa que me pasa a mí, que la gente me da "pálpitos". Como si de repente fuera muy fácil llevarte con alguien, o por el contrario, todo sale al revés. No diré que no me equivoque nunca, por que mentiría. Recuerdo el caso concreto de un chico, que desde el mismo momento en que me lo presentaron, hubo algo que no funcionaba. Como cuando te acercas a un coche y te da calambre. Un amigo común me dijo que, seguramente, tuviera algo que ver con que él y yo, nos parecíamos más de lo que pensabamos. Teníamos personalidades fuertes (que no agresivas, conste), y que debería darle una oportunidad. No sé si tuvo esa misma conversación con él, pero el hecho es que me equivoqué. Ahora es un amigo, al que llamar si necesito algo, y con quien disfrutar de las cervezas de importación fresquitas que tanto nos gustan. Me encanta haberme equivocado en ese caso.
Sin embargo, lo que jode sobremanera, es el hecho de equivocarte en el sentido contrario. Para mí, es como envenenarme con setas. Pensar que algo era bueno y dejarte, como poco, con un dolor de tripa, no mola nada.

En este tiempo que ha pasado, me ha sucedido eso con dos amigas que eran cercanas. He descubierto el desasosiego de descubrir que las cosas no son lo que eran, y tomar decisiones que sólo saben bien con el tiempo, y la perspectiva de haber hecho lo correcto.

Hay veces que los recuerdos, dan ganas de moverlos con un palo, para comprobar cuándo se van a morir del todo. Como un niño pequeño que se encuentra un pajarillo caído de un nido.

29 marzo 2011

Beso, Atrevimiento o Verdad

Lunes por la mañana. Llega el ser cuya sonrisa ilumina Dinamarca y me mira con los ojos entrecerrados. "Vaya jueguecitos gasta vos".

Recuerdo la noche del sábado. Con dos tequilas encima, y cansada de elucubrar si se acostaba con la colombiana o no, se me ocurre una idea que con el puntillo me parece buena, pero que en pleno uso de mis facultades hubiera deshechado por infantiloide... Ellos se iban y yo me fui donde otro amigo, y decidieron acompañarme. Y decidí jugar a Beso, Atrevimiento o Verdad. Claro que teniendo en cuenta que los dos son de fuera, no fue tan infantil la idea, porque no conocían el juego.

Aquel juego estuvo subidito de tono. Manoseos, besitos, y verdades. Cuando pregunté cuándo habían puesto el marcador a cero (jajaja), las fechas no coincidían, el chico de bella sonrisa esa misma tarde, ella, hacía unos días. Ella se apresuró a preguntarme lo mismo, claro. Yo dije la verdad, desde noviembre! En el momento no le di demasiada importancia, pensé que ella mentía para encubrir la relación.

Pero cuando me mandó la mirada envenenada el lunes por la mañana, empecé a entender la verdad. Y contesté, mira, chico, a mí no me mires que no fui yo quien puso el sábado el marcador a cero.

Pasaron varias cosas más. Ella estaba presurosa por irse, y le dijo que él, si quería se quedase, aunque en un principio marchaban juntos. Luego él se ofreció a acompañarme al bar donde iba yo luego, cuando un desgarrado "**nombre del chico**" nos indicó a los dos que ni de coña.

Al día siguiente, su amiguísima nos mencionó a todos en fb los de la noche y nos agradeció que fuésemos y me di cuenta que había dejado fuera al chico de hermosa sonrisa. Pensé que era un despiste. Hoy me invitaron a cenar el viernes con todo el grupito... Más me gustaría saber si él está incluido en la invitación, porque entonces las sospechas se confirmarían.

También su actitud cambió un poco. Fue más atento. Atenciones que rechacé. Sí, ya lo sé, Arena, yo sé que estoy tomando este tipo de precauciones por Marco, no por él. Pero me recuerda demasiado a la princesa gallega como para no tomar dichas precauciones.

En otro momento del día, me contó una anécdota que había pasado, y terminó con "que tenga sexo con una chica no significa que sea mi novia". Suspiré. Qué ganas tengo de estar en Madriz, y pensaba en el mexicano, en realidad, que le veré en Semana Santa, y que siempre me pone cosas tan ricas en el chat. Me preguntó por qué, y le contesté que en Dinamarca hace demasiado frío.

Para este curso de acontecimientos, mejor la colombiana que yo. Todavía me pica demasiado la herida de Marco como para permitirme otra igual y de la misma manera, no volvería a creer en el género humano en diez años. No sé si volverá con él o no, para mí que sí, porque la vi demasiado sencilla, demasiado simple. Tal vez es simplemente ego porque yo siempre volví con Marco y no me gustaría verla más lista que yo.

Y eso es todo hasta el día de hoy.

13 marzo 2011

De lo que se entera una haciéndose pasar por sorda


LunesMartesMiércolesJuevesViernes
***************


Lo majo que es éste chico, y es que no puedo decir más que que me encanta.

Bueno, ese es el resumen de la semana. El martes no nos vimos, no es excusa, podría haberme puesto un sms. El viernes tampoco nos vimos y aún así, se ganó 4 puntos... Todos recompensados en su debido momento.

Me planteé el martes que no sabía por qué no había decidido ganar puntos, pensé que tal vez por timidez. Pero eso es el campo del psicoanálisis y no de la ingeniería conductual, así que lo dejé pasar. Simplemente es una actitud que no hay que premiar.

Hay otra chica. Una amiga nuestra, colombiana. A veces me preocupa que los colombianos se dediquen tanto tiempo a fastidiarme y no a luchar contra las FARC. En fin, yo miraba de soslayo porque con ella no es tan rígido como conmigo. Volvemos a lo mismo, simplemente es un comportamiento al que no hay que prestar atención así que lo dejé estar. Al fin y al cabo, yo parto de la hipótesis de que NO se va a liar conmigo, así que tampoco, no desearle la felicidad no merece la pena. Este es sólo un juego para mí.

Ayer cenamos todos en su casa, la chica incluida. No estuvieron demasiado mal. Cuando marchó, me dejó a cuadros. Cal, a este chico le das miedo. Tócate los cuyons. En realidad, me encantó, para qué mentirnos, al menos eso me da esperanzas. Fue delicioso.

Hablé con él directamente, sin tapujos. Le dije que confiaba en que si tenía algún problema conmigo, me lo contara a mí. El reía nervioso. Que esperaba no tener que volver tener que enterarme de esa manera. Que por qué tenía miedo. Se fue por los cerros de Úbeda y dijo que porque le había echado pimienta en los ojos. Miré con los ojos como rendijas y le dije que no creía que me hubiera cogido miedo en ese momento, que la cosa venía de atrás. Se envalentonó y dijo que si lo sabía, a qué venía preguntar. Le contesté que que me diera cuenta en retrospectiva no implicaba que me diera cuenta en su momento. Que esperaba que en adelante actuara como un adulto. Dijo que la madurez era aburrida (a veces me recuerda tanto a mí). Le dije que como quisiera, pero que en adelante si tenía un problema, confiaba que viniera a mí.

Le miré divertida, y me preguntó angustiado que "QUÉ?". Le dije que nada, que si sólo estaba allí como todo el mundo en el bar. Dijo que qué más tenía que decir. Y todavía más divertida, le dije, nu, yo nada, además, mejor MÓJATE tú.

El chico estaba tan incómodo que debía haberme sentido mal, pero la verdad es que yo me sentía por las nubes.

El sabor es agridulce. Por qué no se remata la faena de una vez y nos dejamos de tonterías? Algo comentó sobre que él estaba preparado para la batalla, pero no creo que debiera verme como una enemiga, sino como una aliada.

Pero volvemos a caer en el psicoanálisis, y estoy decidida a seguir siendo conductual.

08 marzo 2011

Súper Nanny y la velocidad

Después de una sabia conversación con Arena, que me hizo pensar en el problema en sí, de ver algún vídeo de Emilio Duró, que con sabiduría dijo que si repites el mismo experimento obtienes los mismos resultados, recordando viejos momentos en los que Cal hablaba de "cuestión de bonus" (oh tiempos, oh costumbres), y juntándolo con la Super Nanny, llegué a la conclusión que quería hacer un nuevo experimento, y no seguir con las viejas costumbres.

Y lo empecé ayer y de momento funcionó bien. Cambié mi cortesía habitual por una Cal un poco menos dulce. Fui de mi casa a la parada del autobús repitiendo cual mantra "el chico de la hermosa sonrisa es el mexicano", pero claro, con nombres propios. Intenté tratarle a él cómo hubiera tratado al mexicano, y algo funcionó. Antes de media mañana ya lo tenía intentando no dejarme pasar por una puerta. Tonteando, vaya, lo cual es una muestra de interés, mejor que lo usual.

Lo anoté y le puse un punto positivo. Y le di un refuerzo positivo también, le mandé un mail coñita, recordando algún momento divertido del sábado!

Seguí con el mecanismo. Lo cierto es que lo voy anotando en mi agenda, para ver progresos y ver cuántos positivos gana cada día y si es ascendente. Si funcionara, no me gustaría demasiado. Bueno, para liarme con él sí, porque a nadie le amarga un dulce. Pero iniciaría una relación aunque sea como la de Marco con el perro de Paulov? Y estoy dispuesta a ser la Súper Nanny para siempre? Ya cruzaremos ese puente cuando lleguemos a ese río.

La siguiente parte del título es sobre la velocidad, porque no sé si lo dijo intencionadamente o no. Pero al hablar de Induráin con cierta pasión (y eso que nunca me gustó el ciclismo) me dijo que estaba claro que a mí lo que me gustaba era la velocidad. Entre eso y nepomuk sugiriendo en su blog que con las mujeres hay que ir despacito mientras que con los hombres las relaciones se hacen al golpe de testosterona, me sentí, otra vez, demasiado masculina. Será que de verdad tengo que echar el pie al freno? Marco solía insinuar que a mí los juegos previos no me iban mucho y que yo iba más al tema, que sí me gustaba que fuera muy muy largo.

Lo bueno es que mi leit motiv ha cambiado. Ya no busco desesperadamente en youtube el "Te echo de menos" de los dos lados de la cama. Que haya cambiado a Álex Ubago, por cursi que sea, al menos da la sensación de movimiento.

Buenas noches!

06 marzo 2011

Súper despistada




Es la primera vez que conozco un chico tan duro como él. No me malinterpretéis, no es que sea chulo, o pícaro o algo así. Lo que es es imposible de seducir. Y no es que no sienta la química por mí. Es que es duro de pelar, y eso es todo. Ayer le miraba mientras estaba con otras chicas, tranquilo, relajado. Y me di cuenta: con la única que mantiene tantísimo las distancias, evita los contactos físicos y procura tener una relación que de fría, es antinatural, es conmigo.

Al principio creí que era porque no le gustaba y simplemente era demasiado noble para aprovecharse de la situación. Vino Carlos a visitarme, y después de observar, dijo que no lo veía tan claro. Luego pensé que era porque trabajábamos juntos.

Se hace el duro y el difícil, o tal vez no quiere, o yo qué sé. Y yo cada vez hago más travesuras. Ayer volviendo de fiesta, en un largo recorrido de una hora de búho, me preguntó algo y le dije una respuesta aproximada. Le cogí la mano y empecé a juguetear. Me dijo que cómo no lo podía saber y yo le dije que tenía la misma obligación de saberlo que él. Mmmm, pero es que ASÍ (señalando la mano) no puedo pensar. Puse gesto de absoluta indiferencia y dije, "Sí, ¿no?" y pasé de él y seguí a lo mío, jugando en el filo de la navaja con su mano. No seas pesado y búscalo en google. ESO es demasiado FÁCIL. Puede ser, pero es súper FREAK, míralo así.

Y se desasió de mi mano para buscarlo en el móvil el muy mamón. Pero por diez minutos se dejó hacer. O yo qué sé, tal vez no quiso ser brusco.