06 octubre 2016

Progresa adecuadamente

Me encuentro mejor. Se me ha pasado el capricho lo suficiente para volver a mi yo más normal. No le doy importancia a ciertas cosas que me revolvían las ideas -y el cuerpo-. Las hormonas deben estar más reguladas y que no haga tanto calor siempre es bueno.

Y me siento más animada. Tengo un montón de planes que no sé si terminaré llevando a cabo, pero me hace salir de la apatía que tenía antes.

Acabo de volver de un congreso que organiza un amigo. No es exactamente de lo mio, pero es enriquecedor, y aprendes de gente de sectores distintos al tuyo, que siempre es bueno. Salir de tu zona de confort debe estar reconocido como un empujón vital.
Pues no sólo vengo mejor de ánimo, sino que traigo un montón de ideas afianzadas para recuperar o reconstruir mi vida. Y digo afianzadas por que eran ideas que ya estaban ahí, llevaba un par de meses dándoles vueltas.

Además me he comprometido a acabar la web en un mes. Teniendo en cuenta que llevo unos tres años sin acabarla, es un hito. Un mes. Se me hace hasta poco tiempo, pero si lo dejo, se puede hacer interminable.

No sé si J nota el cambio que yo noto. No lo he hablado con él. Sólo ha pasado un mes y probablemente no es suficiente para notar cambios significativos cuando he estado meses, si no más, en un estado de apatía y de dejarme llevar.

Ahora lo primordial es conseguir trabajos que hagan entrar dinero, por que no quiero, ni puedo seguir pidiéndole dinero a mi padre. Y empezar a construir lo que, cariñosa y maliciosamente llamo "mi imperio".

Va a ser un trabajazo, pero estoy optimista.

05 septiembre 2016

Revoltijo de todo

Como iba diciéndo, estoy revuelta.

Debo tener las hormonas haciendo rave. Eso lleva a que tengo cambios de humor, me noto mucho más sentimental, y tengo la libido por las nubes. Para lo que soy yo... eso es un mundo.

Echo de menos tener pareja. Ya me iba apeteciendo antes de que me quitasen la medicación. Ahora lo noto como una necesidad personal. No estar sola. Tener alguien con quien ilusionarme y a quien ilusione. Estoy muy gilipollas para lo que he venido siendo éstos años. Y digo bien, años. Hace años que no tengo una relación sexual. De una pareja ya ni hablamos. Pero no me importaba, estaba bien. No es que fuera feliz, pero estaba tranquila estando sola.

Siempre he pensado que es necesario saber estar solo para ser feliz con alguien y no cargarle con la responsabilidad de hacerte feliz. Eso es puro egoísmo.

Pues tengo un cuelgue muy tonto con un chico. No estoy segura de si es un cuelgue acentuado por las hormonas, por mí misma por darle alas, o un conjunto de todo. Me explico:
Este chico, siempre me ha parecido guapísimo. Asquerosamente guapo. Es el hermano pequeño de una amiga. Debo sacarle unos 6 ó 7 años. Cosa que ya de por sí me da algo de apuro. Debería apetecerme atarle los cordones, no besarle. Siempre me han gustado algo más mayores, y mira, como una idiota.
Ahora es cuando te cuento por qué le he dado alas a la idea. Hace meses, bastantes, hubo una quedada en casa con amigos. Estaba él. En un momento dado me reprochó que no le hubiera enseñado la casa. Así que le dije que pensé que ya había venido alguna otra vez. Era mentira. Sabía perfectamente que nunca había estado en casa. Así que le hice una ruta que acababa (inocentemente)  en mi cuarto. En la puerta del cuarto me preguntó si podía ver mi estantería, ver qué me gustaba leer. Lo preguntó por que en mi cuarto tienes que esquivar la cama para poder entrar al fondo. Entramos y se puso a mirar la estantería. Hablábamos, jijí jajá, éste lo tengo, éste no lo he leído... y hubo un momento, que nos quedamos callados. Nos miramos, y recuerdo que pensé que qué estaba pasando. Qué momento era ese. Le miré, y pensé que me iba a besar, así que miré a la estantería, a él, al suelo, a él... No supe reaccionar. Debió de ser un momento corto. Se me hizo larguísimo. Con un globo en el estómago y muy muy nerviosa. Y en ese momento, entro la hija de unos amigos que había estado conmigo la mayoría del tiempo. No tiene 3 años la peque. Entraba diciéndo que quería estar allí con nosotros, que si la dejaba quedarse. Pobrecita. No sabe lo que se lo agradecí y lo que la odié al mismo tiempo. Le miré a él. Me miró con cara de "¿qué vas a hacer?", me agaché y le dije a la niña que podía quedarse, que estábamos mirando libros. Y así, me cargué el momento que pudiera haber allí.

Lo primero que pensé es que quién querría estar conmigo. Así de gorda. Y menos él, que es guapo hasta el aburrimiento y podría estar con quien quisiera. Y lo pensé antes de decirle a la niña que se quedase. Creo que lo pensé durante esas miradas. Que estaba en mi cabeza. Me lo estaba inventando.  No podía gustarle.

No nos hemos visto desde entonces. Hemos hablado por facebook, twitter y whatsapp. Esporádicamente.

Llevo unas dos semanas pensando muchísimo en esto. Se lo he contado a amigos. Pocos, que soy yo y me agobio. Todos dicen que qué tonta. Que soy querible. Y yo no puedo dejar de pensar que si vuelve a pasar algo semejante NO DEBO SER UNA IDIOTA y dejar que pase. En el fondo quiero.

Pero como estoy hormonal he pasado por todos los estados. He intentado quedar disimuladamente. Me he ilusionado, he fantaseado (mucho), y me he cabreado conmigo misma por decepcionarme como una niñata cuando no ha habido una respuesta que me permita saber si hay o no, algún interés por su parte. Por que ya tengo 35 años y no soy ninguna niña. No me puedo comportar como una adolescente. Pero me he ilusionado como una, también.

En resumen, que ando en una montaña rusa y a veces, echo de menos estar tranquila y estable. Era mi estado de "muerta por dentro". Pero era muy tranquilo.

04 septiembre 2016

Por los cerros de Úbeda. pero aquí se queda.

Tengo el cuerpo revuelto. Pero creo que sé por qué es. Creo. Los análisis dirán si son las hormonas o si es que estoy gilipollas.
Hace casi 3 meses me quitaron la medicación que tomaba. La píldora y otra. Necesitaba que estuviera 3 meses sin tomarla para que mi organismo se limpiase y hacer análisis, en mi estado natural, de lo que nos dirá si tengo o no un trastorno que hace, entre otras cosas, que haya engordado durante la friolera de 17 años. Y que también impide que adelgace. Sube la ansiedad, pierdes pelo, te sale pelo en otros sitios, pigmenta ciertas zonas, da infertilidad, y tiene asociados a partir de los 40 cosas como la diábetes, problemas cardíacos y otras lindezas.
Pues quiero que dé positivo. Quiero tenerlo y que me empiecen a tratar. Habría una explicación y una manera de atajarlo. O de intentarlo al menos.
Puede que todo esto derive en cirugía bariátrica. Lo que viene a ser la operación de estómago de los gordos. Ya me lo ofrecieron una vez y me negué. El médico me preguntó por qué y le dije que la gordura la querían tratar como una enfermedad en sí y era un síntoma de algo. Que no sabía de qué pero que no era el problema en sí. Que si no me miraban hormonas, ansiedades, niveles y otras lindezas yo no entraba a un quirófano. Y una reeducación nutricional. Eso también lo quiero. Porque aunque muchas entren alegremente a ponerse o quitarse complementos, para mí la cirugía es el último recurso. No es divertido.Y esa cirugía tiene un porcentaje de éxito algo exiguo. Pero es normal. Te reducen el estómago y deciden que ya está. Que ese era el problema. Y no lo es. Quien está gordo y ha llegado a ensanchar el estómago, tiene, muy probablemente, malos hábitos alimenticios. Esa operación hace que pases de una sobrealimentación a un principio de inanición. Para empezar no puedes ingerir sólidos al principio. Azúcares y grasas en poca cantidad. Y desde luego, nada de todo eso que muchos usan para combatir la ansiedad. Y la van a pasar. Eso, y depresión, y debilidad corporal... y todo un desajuste al que, seamos sinceros, le tengo miedo.

Si hay que hacerlo, lo haré. Por supuesto. Aquí hemos venido a jugar. Pero quiero estar preparada para vencerlo. Por que una cosa es ser gorda y otra sentirse gilipollas por haberte operado sabiendo que tenías las de perder.

Pero yo venía a contarte que estoy revuelta. Necesito otro post.

03 septiembre 2016

No soy yo

No soy yo.
Eso es lo que ha dicho. Y el caso es que no le puedo decir que esté equivocado. No es mentira. No es.... ¿verdad? eso no lo sé. Lo que sí debo reconocer es que no estoy bien. Y hace tiempo ya. Ha sido evolutivo. He ido entrando en un estado que medio en broma llamo "muerta por dentro". Es un estado que resulta cómodo, tranquilo, y sin sobresaltos la mayor parte del tiempo.

Según me he levantado he discutido con J. Es mi mejor amigo, se convirtió en familia más allá de la amistad. Siempre está ahí, y me quiere a su manera. Pero se está dando por vencido conmigo. Y lo más grave es que ni siquiera me daba cuenta de que hubiera una batalla conmigo. Yo tenía mi batalla interna, pero no pensé que fuera su batalla.

Dice que llevo mucho tiempo sin ilusión ni energía. Que yo no era así y que sabe que no lo soy. Que soy vital, alegre, y llena de fuerza. Que no sabe de dónde sale ésta yo. Y no le gusta. Que en los últimos meses sólo me vió ilusionada cuando fuimos a una charla de una chica que trabaja en producción en un estudio de animación que me encanta. Y eso fue hace tres meses. Dice que sabe que no tengo una depresión, pero que no sabe de dónde viene ese estado vegetativo al que le está cogiendo inquina.

Y es verdad. Nada me ilusiona. Trabajo, amigos, .... no me apetece hacer cosas que antes sí. Salir, dibujar, ir a exposiciones, quedar con amigos más allá de mi casa... Antes cualquier plan era bueno. Cualquier cosa era una oportunidad. Veía vida en lo más absurdo. Y me reía de todo.

Sigo siengo graciosa. Pero la mayor parte del tiempo uso el humor para bromear sobre cosas que hacen daño. Me duele estar gorda, sola, ser aburrida... y hago bromas para normalizarlo. Pero en el fondo, en algún sitio, eso duele y por eso lo menciono, supongo.
Sigo siendo graciosa pero no alegre.

Suelo intentar recuperar la ilusión, y no me dura. Dibujo algo, y me propongo volver a hacerlo como costumbre o nuevo modo de vida. Dos semanas después ya ni me acuerdo. Hago lettering para poder publicarlo online y usarlo de dossier, y un mes después, allá quedó. Me da por cocinar mejor, y se queda en el limbo. Siempre he funcionado por oleadas, pero esto no es bueno. En el fondo lo sé.

Y sólo se me ocurre pensar ¿cómo se vuelve a ser alegre, vivaz o como fuera que era antes?
Ya no me acuerdo.

28 junio 2016

La chorboagenda

Dicen que alguna vez te tienen que romper el corazón para aprender a lidiar con ello. Al final, es muy fácil, una vez hecho uno, hechos todos. Sufres igual de duro una y otra vez, pero sufres menos tiempo.

El dolor de corazón se cura con deporte.

El orgullo se cura con sexo salvaje.

El miedo a la soledad se cura con lágrimas o alcohol.

Y ya está. Es tan anodino como ritual.

Sí, a Carlos le entraron delirios de grandeza con el tema de las turbinas. Se va a Newcastle a cambiar el mundo. Pero no quiere que busque trabajo allí, porque quizás no le salga bien con el Brexit. Entonces, quizás busque trabajo donde esté yo, y quizás podamos tener una vida vacía porque se conformará conmigo cuando no puede tener la gloria de revolucionar la industria.

Teniendo en cuenta que para la presentación que hizo para conseguir el trabajo le di yo los titulares y le busqué la información, la siguiente frase fue la que me pasó directamente a la fase de ira del duelo. "Quiero contar con tu inteligencia y tu cariño."

Claro, para que te siga dando líneas de investigación. Faltaría más.

En fin, que busco chico/chica para quitarme la mancha de mora. Ya he tirado de chorboagenda. Preguntar aquí.

19 junio 2016

Publicidad y otras deformidades

Últimamente me molesta la soltura que la gente tiene para resaltar los defectos de los demás. Sin permiso, sin confianza y sin consulta. Soy especialmente sensible al exceso de confianza por parte de la gente y me joden las reacciones cuando respondes con el mismo grado de intrusismo.

Nunca he tenido mucho filtro. Y lo peor: soy creativamente bruta. tengo toda una selección de formas de mandar a la gente a comerme el coño. Mandarles a la mierda se me antoja naif cuando alguien sobrepasa los límites de la educación, así que yo hago un gentil rodeo para esquivar esa misma educación.
En mi casa flipan. A mi padre se le llevan los demonios y clama al colegio de pago en el que invirtió. Siempre le contesto que imagine cómo estaría sin ese colegio. Probablemente cuando lo dice estaría separándome de una pelea de gatas jajajaja.

Pues me molesta la publicidad. Ésa que se cuela en mi casa para decirme que tengo el pelo feo y debería usar su producto para hacerlo bonito. Que tengo pelos donde no debería y me dan 18 opciones diferenciadas por zonas. Que me lime las zarpas, los pies y me dé crema. Que soy infeliz y me coma un helado, que ahora los tienen de pequeño tamaño para llevar en el bolso (¿Qué bolso tiene un bolsillo de cámara frigorífica señores? Vamos hombre...). Además soy gorda, así que debo tomar pastillas para adelgazar. Estoy sin trabajo y debo usar OTRA app para buscar curro desde mi sofá. Estoy sin pasta, así que debo pedir un crédito. Estoy soltera así que debo buscar pareja en aquella web. Cuando encuentre pareja, debo comprar geles estimulantes para contentarle y sorprenderle. Debo buscar un viaje, pero barato. Supongo que debo pagarlo con los créditos que me han hecho pedir. Y debo comer mil cosas con azúcares y grasas saturadas pero arroz integral con un equipo de natación que sigue con la pinza de nariz puesta porque aquello puede oler a poza estancada.

En un sólo bloque de publicidad nos han puesto de vuelta y media. Especialmente a las mujeres. Y se cuelan en mi casa para decirme, esencialmente, que soy imperfecta que tengo defectos pero que pueden ayudarme a cambio de dinero. Pues me vais a comer el coño entre todos, en fila india y a ritmo de dos por cuatro, hasta que hagáis merengue o tengáis la lengua como una goma de borrar de primaria. Lo que pase antes.

Gordas

Recuerdo la primera vez que me sentí gorda. Pero además gorda estúpida. ¡No sabía que era gorda! ¿Cómo se me había podido pasar?
Estaba yo en mi clase de dibujo y pintura. Tenía 17 años y me estaba preparando para el examen de acceso a Bellas Artes por las tardes. Iba a casa de un pintor de mi ciudad que además de algún caso como el mío (no había muchos queriendo hacer Bellas Artes y menos que quisieran entrar a una facultad con exámen, cuando había otras de entrada sólo por nota), daba clases a ancianas de pintura al óleo.

Pues en una conversación de las que se montaban estas señoras, aparentemente inocente pero que siempre tenían una intención cotilla de trasfondo, empezaron a hablar de peso, y de lo monérrimas que eran ellas en sus años. Y vino la pregunta. Qué callada estás... Y tú qué dices... Estás en tu mejor momento, qué vas a decir... por fin dije que yo pesaba 67 kilos y que estaba bien. Llegaron los ojos como platos y las caras de asombro. Luego los comentarios. Bastante lesivos, por cierto.

Pesaba 67 kilos, sí. Tenía 17 años, medía 1,70 y usaba una talla 38 de las de entonces. No sé cual será su equivalente actual. No tenía ni pizca de tripa. No se me marcaba la musculatura. No era una atleta, pero estaba bien -ahora lo sé-. Con unas bufas que no eran de mi edad, aparentemente. Y me sentí engañada por no haberme preocupado por eso. Llegar a ese peso había sido una evolución normal durante el crecimiento. A lo alto y en femenino. Hacerse mujer te da unos bultos muy incómodos pero la mar de atractivos, creo.

La reacción que tenían estas señoras me hizo pensar. Que no estaba bien, y que la báscula debía marcar lo que las personas que le prestaban atención a éstas cosas considerasen dentro de lo normal.
Años después me enteré de que tengo una densidad de huesos superior a la normal. Pesan más. Así que mi médico nunca se preocupó por que había sido siempre así. Que me vendría muy bien para evitar roturas de huesos y para ésa época en que las mujeres empezamos a perder calcio.

Mira qué bien. Pero eso nunca lo supieron las señoras. Por que entré en Bellas Artes, me mudé a otra ciudad y seguramente ya estén muertas.

Ahora sí soy gorda. No es que me lo propusiera. No quise demostrarles nada. Pero no soy rellenita. No soy redondita. Soy gorda. De las importantes. Y aunque me gustaría no serlo, no voy a luchar en mi contra sólo por encajar en lo que las personas que se preocupan de esto creen que es normal.
Yo no vine aquí para eso.

No entro nunca

No entro nunca, ya lo sabes. 
Es por un montón de cosas insulsas. Que apenas escribo ya de por sí. He sido siempre más de imagen que de palabra escrita. Me da vergüenza no escribir correctamente a mis 34 casi completos. Nunca he sabido diferenciar por que, porque, porqué y por qué. Es una gilipollez, pero asínescorasón. Por otro lado siempre he sido más bien de callarme las cosas. Lo cuento cuando estoy preparada y a quien me hace sentir cómoda. Así que me cuesta venir aquí y contar mis chorradas. Que para el mundo son chorradas. 

Pero últimamente le doy vueltas a lo de hacerme un blog. Y mantenerlo. Soy ilustradora -entre otras cosas. Así que hay muchas cosas que resolvería con un dibujo, viñeta o cómic. Eso puede que lo haga. 
Además, llevo tiempo dándole vueltas a hacer entradas explicando cómo se hace tal o cual cosa en mi campo profesional. No buscando visualización, pero si la da, tanto mejor. Pues anda que no hay gente que sabe más que yo. Y gente que sabe menos y da consejos de vida como si fuera el Papa también. Así que desde la experiencia que me da ser yo, salir adelante con ello. No creo que para el trabajo me venga mal tener cierto espacio en internet. En mi campo eso nunca es malo. Que te puedan encontrar aunque sea por tropiezo. 

Así que, igual sigo esa idea pasajera de montar un blog "profesional" sólo por que -ahí tenemos uno que seguramente estará mal escrito- está relacionado con mi profesión. Y empezar a venir aquí a contar mi vida cuando tenga esa necesidad. 

14 junio 2016

Hoy...

Hoy un chico de wasap ha decidido montarle una fiesta sorpresa a su novia, y otra chica le ha dicho que se está buscando ser nombrado el novio del año.

Mi respuesta interior ha sido "bitch, please".

10 junio 2016

Vivo sin vivir en mí

Vivo sin vivir en mí, y tan alta vida espero, que muero porque no muero.

Vivo en un limbo donde hasta temo actualizar este blog porque sospecho que tarde o temprano se lo daré a leer a él y dejará de ser mi secreto. La relación es demasiado real para que mi yo más objetivo no prevea una situación así.

Nuestro estatus quo es difícil de entender. Él está buscando nuevo curro y tiene dos opciones. UK o Dinamarca. Si se va a UK, esto se acaba. Si viene a Dinamarca... bueno, no me atrevo ni a pensarlo. Tiene la entrevista el viernes que viene.

Él dijo que éramos novios. Yo le dije que no, que aceptaba la fidelidad y todo eso, que no se tenía que preocupar por esas nimiedades, pero que novios no, no hasta que saliéramos del limbo, que me iba a terminar haciendo daño si no me protegía un poquito.

Pasamos efímeros e intensísimos fines de semana en los que él dice que quemamos etapas muy rápido, y no sé si es una queja o una observación. Todo porque mientras hacía yo el arroz le ofrecí una cerveza para que viera Vikings y se pusiera al día, o porque me quise llevar el ordenador a la cama para que él se durmiera sobre mis piernas mientras yo trabajaba. "Eso es quemar muchas etapas". "¡Ok! Pues no lo hago". "No he querido decir eso". "¿...?".

Cuando Toñín tiene una ligera visión de esto, se ríe de mí. Sé que Arena ha perdido gran estima por Toñín... En su defensa diré que yo también me reiría. Sólo hay que saber un 10% para darse cuenta de lo mucho que me importa todo esto. Lo poco que me costaría en el fondo seguirle a UK (este es el tipo de cosas que prefiriría cometer seppuku antes de que él lo leyera).

Qué bien se ven los toros desde la barrera, incluso desde la barrera racional de mi cerebro, que impotente por no poder dirigir el cotarro, se despiporra.

28 abril 2016

En el sofá

- Ya he vuelto del súper. 
(Despierta).
- Toma, una chocolatina. 
(Sonríe)
- Pobrecito, que le someto a mucha actividad sexual...
- Hombre. Someterme, someterme.
- Claaro. Que tú preferirías someterme tú a mí, ¿verdad?
- AHORA estamos hablando.
- Jejeje, se te ve el plumero.
(Abre mucho los ojos)
- Lo hablaremos otro día. Lo prometo. Pero hoy vamos a follar y ya.

26 abril 2016

En la cama

- Se nota que eres una chica que no se deja mangonear.
- ¿Quién, yo? Pero si lo hacéis como queréis. César me mangoneaba hasta con una bolsa de chuches.
- Yo nunca lo haré.
- No importa si lo haces, en el fondo. A veces tiene su gracia.
- Da igual. Yo nunca lo haré.

15 febrero 2016

San Valentin de Rugby

El problema de tener amigos, así en general, y lo que es peor, tener un grupo de amigos, es que o eres un hipócrita y tragas con el leitmotif del grupo o te conviertes en un paria.

Mi grupo de amigos es insoportablemente (a ratos) blanco y sanísimo. El sábado, mientras hacíamos un trabajito de máquina de coser, el inglés me contó sobre la nueva chica con la que tenía citas. "Es inteligentísima, quiero jugar al ajedrez con ella". "Será que quieres tener sexo con ella, ¿no?". No, no tenía prisa, y que los rollos de una noche no le gustan, porque le das mucha intimidad a una extraña, y simplemente "doesnt feel right". Yo, claro, alucinando. 7 años de ETSIA no son en balde.

Vale, la ETSIA era un puterio. Pero molaba. Por eso cuando el sábado por la noche decidieron ir a cenar y luego a beber, como gente sana que son, me escapé a un bar LGTB. Vi un montón de tetas y gente bebiendo tequila de ellas. Jugué un futbolín. Tonteé con una travesti. Vaya, la vida gamberra que echaba de menos.

Lo cierto es que cuando iba para allá, porque está ciertamente apartado, por la calle principal, escuché la voz penetrante de uno de mis amigos blancos y puros. No me volví por si no me habían visto. El domingo empezaron las preguntas "¿Qué hiciste anoche?". Me salí por la tangente y contesté que fui a casa de un "friend", que mola porque no tiene sexo. El inglés nos había invitado a un desayuno británico para ver el Italia-Inglaterra. Así que como no soy fan del rugby, y había dormido poco, me quedé dormida. César, que es un poco más gamberro que los demás, me preguntó que qué había hecho que estaba tan guapa.

Por la noche fuimos al cine a ver Deadpool, y Tessa me preguntó que qué había entre yo y Mihai. Pobre Mihai, le ha tocado la china. Es lo que tienen los amigos blancos, sanos y puros. Carecen de imaginación. La semana que viene voy al Club Swinger si lo encuentro. Pues menuda es Jutlandia.

14 enero 2016

Noruega (Epílogo)

El canadiense lleva persiguiéndome desde antes de Navidades para quedar conmigo. Antes de Navidades no me parecía demasiado bien porque tenía "novio", ahora no me apetece una mierda porque ha tenido un segundo hijo, significando que cuando fuimos a Noruega... Bueno, haced las cuentas vosotros mismos.

Lo cierto es que "me ha dejado mi novio" lo he estoy utilizando últimamente para todos. Incluso para no quedar con el susodicho. Estoy depre, estoy tristona, no me apetece salir de casa.

El canadiense se empeñó en ir el viernes a ver Star Wars, y le dije, no, me ha dejado mi novio. Además ya la he visto. Quien me conozca lo sabría. "Sí, si sabía que la has visto, pero también seguro que ya hace tanto tiempo que igual ya puedes volverla a ver". Buenos reflejos pero NO. Mi novio me ha dejado (primera noticia para él de que tenía novio, cosas de aparecer y desaparecer como el Guadiana).

Hoy me ha mandado a la mierda. Quiere que él y la madre de sus dos hijos con la que tiene la más extraña de las relaciones me recojan en la ofi mañana y que cene en su casa.

"No estoy en el mejor de mis momentos, ya lo sabes, y vives demasiado lejos. Lo siento, no"

"Pensé que podíamos ser amigos" (pensaste mal, todo tiene un límite) ".Buena suerte con tu vida"

Mejor guárdate la suerte para ti, porque se te ha pirado ya hace mucho.

04 enero 2016

Graduado en zorrería (ahora el máster)

Bueno, ¿recordáis ese post? Me refiero al post original. Ese que me pasé por el forro y fui tan inocente como pude, en realidad, mucho más de lo que era. Hace diez años, Arena. Diez años, pero igual que la carrera, al final me gradué.

Empecé con un chico a principios de Noviembre, y estaba muy ilusionada. Pero se me pasó rápido. A saber, para empezar su idea de romanticismo era pasarnos las tardes cogidos de la mano viendo Netflix. Una vez le convencí para jugar a un video juego. De la manera más indigna, se echó sobre el sofá y me dijo "Por favor, no me gusta", con las manos hacia delante, como pidiendo piedad. Como si a mí me gustara día tras día ir a su casa a ver Netflix y a cenar comida alemana.

Pero si eso no era suficiente, cuando venía a mi casa, pensaba que era una GRAN IDEA seguir viendo Netflix. Cuando yo decía, vale, haz lo que quieras, me voy a correr, me abrazaba y me decía, yo te quiero para mí. Tal vez tenía que haberme derretido, pero en realidad, sólo sentía hastío.

¿Hablamos de la cama? RONCABA como un condenado. Nos vamos acercando a la realidad más dura. Es que he descubierto que si el sexo no es mínimamente decente, yo no puedo sentirme implicada. No se le ponía dura, ni morcillona. Él iba al grano, me metía el dedo en la entrepierna y como no soy frígida, me corría con un suspiro. A ver, que yo tengo orgasmos más explosivos, pero empezar directamente con el clítoris no es el camino, es más bien apostar a caballo ganador. Él llegó a decir que el problema es que me corría con poco ruido y me movía poco. Pero vamos a ver, si metes el dedito sin precalentamiento ni nada, y sin estar ni mínimamente excitado, ¿qué esperas?

Mi desesperación empezaba a alcanzar cotas inesperadas cuando me di cuenta de que ni empalme mañanero, ni cuando nos veíamos, ni nunca. Él decía que era normal, que con el resto de sus novias la primera vez tampoco llegaba a nada, pero que luego todo bien. Conmigo nunca llegó a nada. Y no hablo a pinchazos o a ser muy rápido. Dejé de intentarlo, y me lo recriminó. Le pedí que fuéramos a ver un médico, y se negó en redondo.

Lo peor, era tan cursi que me daban ganas de vomitar. Todos mis conocidos les parecía el colmo del encanto, y yo lo único que podía pensar era "insulina, por favor".

O sea, que no dormía porque roncaba, no me dejaba ni correr ni tener tiempo para mi, no había sexo y era cursi in extremis, y encima, encantaba a todos. Si lo dejaba, me convertía en la mala e iba a estar dando explicaciones hasta el día del Juicio, porque no soy tan mala como para decir que es impotente y mentiroso, y que encima aburrido, cansino y cenizo, que más que su novia era su niñera. Soy especialista en novios que no follan.

Hablé con Héctor. Hablé con Antonio. Entonces Toñín me dijo "¿Cuál es el plan?". Entonces lo dije. Me di cuenta de que era verdad además. "QUE ME DEJE ÉL". "Te has cansado de ser la mala, ¿eh?".

Le llevé al límite, hasta que sin decirlo en voz alta, cogió su copia de llaves de mi apartamento, me lo enseñó, lo dejó sobre el zapatero y se fue sin decir ni adiós. "FELICIDADES" me dijo Toñín.

Al día siguiente quería quedar para darme mis cosas (un pijamita y tal). Me dijo que era maravillosa, súper sexy y que teníamos que hablar. Sonaba a reconciliación, así que con mano izquierda, le dije que necesitaba tiempo, que Feliz Navidad y Próspero Año Nuevo. Me insistió hasta que no contesté y archivé la conversación de wasap.

Tres semanas después, he quedado hoy con él. Me gustaría decir que me siento mal, pero no. Es TAN TONTO que se siente súper orgulloso de dejarme él. Ha tenido como siete novias y debo haber sido la primera a la que deja. Me dijo que si quería dejaba el grupo de wasap que tienen "mis amigos". Me di cuenta de que tampoco quiero eso, porque en el fondo, estoy también hasta las narices de ellos, porque cada vez que comentaba lo hastiada que estaba (sin detalles), se empeñaban en decir que yo era un poco brujita. En el fondo, también necesito una excusa para no verlos a ellos.

Lo dicho, diez años después, me convertí en una perra. A por el máster. Quizás el doctorado.