07 septiembre 2014

El arte de la mentira

El canadiense apareció una vez más, sin más explicaciones. Fuimos a ver una película autocompletativa que le aburrió soberanamente a un cine de verano, por no llevarle la contraria, nos fuimos al corte publicitario (la peli era gratuita, así que sí, había cortes). Luego nos encontramos con gente y fuimos a beber a un bar alemán.

Resulta que estábamos muy lejos de ninguna de nuestras respectivas casas. Me llevó a la mía, decidió quedarse a dormir en el sofá y empezó a toquetearme como siempre y le corté. Estábamos bebidos, y le dije que agua que no vas a beber, déjala correr. Dijo que no, que esta vez no jugaba.

Bueno, no foll****. Pero al menos yo tuve algo parecido a un orgasmo y él también. Además, tampoco puedo pretender que lo sepa hacer bien si apenas lo hemos hecho un par de veces. De todas formas, hay cierta satisfacción en el sexo aunque no sea de primera calidad.

Después de eso. un tímido desayuno y que me aprovechara vilmente de él para que me ayudara a traer con el coche una tele que me quería comprar, se fue. Eso fue como en Julio. Ayer volvió a aparecer en el Skype, y me preguntó que qué tal.

Le conté que me iba a Oporto "with a friend". Me preguntó que si era un él o una ella. Ardí de indignación, él nunca ha sido transparente con sus relaciones, y sólo me las cuenta cuando el bollo ya ha salido del horno. Que si iba a tener un bebé, o cuando empezó a tener novia. Me lo dijo sólo dos días antes de que lo publicara en facebook.

Así que en vez de hablarle del mexicano y de cómo me lo he estado tirando todo este tiempo cada vez que nos hemos visto, le salí con mi querida Cacereña. Odio mentir, es como admitir que estás haciendo algo mal implícitamente, y yo no lo estoy haciendo. Pero darle ciertas explicaciones me resulta igualmente odioso. Con el colombiano hubiera sido distinto, aunque él tampoco era exactamente transparente. Sin embargo al canadiense le da por echarse atrás en cuanto se ve amenazado. Quiero seguir teniendo esa puerta abierta.

Por otra parte, habría que contar la historia de la indonesia y su cruzada por buscarme novio/marido, pero hoy ya he hablado demasiado. Antes mis motes eran más creativos, sin embargo, ahora no hago más que utilizar gentilicios, debe ser que soy más vaga hasta para pensar.