21 febrero 2014

No me lo puedo permitir

Ésto me lo he encontrado en borrador del blog. Volví con él y pasó lo que yo preveía. Volví con el corazón, con el cerebro no lo hubiera hecho nunca.

Me siento igual con mi curro.

(11 / 09 / 2006)
He dejado a Marco. Tengo ganas de volver, pero he dejado a Marco. No podía esperar muda y ciega a un punto en el que fuera demasiado doloroso.

Me he dado cuenta de que él busca algo más, no sólo un rollo, necesita querer, y como yo no soy lo ideal, más tarde o más temprano lo encontrará. Y me dejará.

Volveré a sentirme muy hundida. Volverá a ignorarme como lo hizo antes, haciéndome pensar que la supuesta amistad no era tal.

¿Qué se supone que debo hacer? Sólo sé que cuando me dan ganas de volver, miro las condiciones. Mantenerme ahí hasta que me da la patada. ¿Es eso lo que quiero?

No, no lo quiero, y no sólo es eso. No me lo puedo permitir. No puedo poner más remiendos. Hasta aquí he llegado, no puedo avanzar más. No quiero por otro lado.

Semana de montaña rusa emocional

Muchos nervios antes de decir que me piro. Una tristeza profunda después de hacerlo, tanto en el momento como al día siguiente.

Pero ya no me quedo sentada en el coche.

Y hoy me siento ligera. No debiera hacer las cosas en estado de pánico. Tampoco debieran inducirme a él. Pero ellos son libres de actuar y amenazar, y yo soy libre para reaccionar como sepa o pueda.

Caminante, no hay camino.

18 febrero 2014

Reencuentros

Hola, soy Arena (¡te queremos Arena!) y hace eones que no entro a postear.

Aunque no escriba, leo los post de Cal. Y cuando hablo con ella le comento lo que pienso sobre lo que escribe.
El otro día hablamos, y salió el blog. Le dije que si yo no escribía era porque no tenía nada interesante que contar. En mi vida pasan cosas, sí, pero tampoco pienso que mi vida pueda interesar. A nadie. Lo he pensado otra vez. Creo que no es eso. Es que yo estoy descontenta con vida y no me gusta. Así que no me gusta contarla.

No me malinterpretéis, no es una mala vida. Pero no es la que yo quería, ni yo soy la que quería ser.
Por otro lado, nunca he sido muy de hablar de mi. Lo hago, en ocasiones y con gente de mucha confianza. Supongo que por eso, entre otras cosas, cuando mis relaciones personales han ido mal, he tenido decepciones importantes. Y esto se refiere en muchos casos a relaciones de amistad estrecha en las que yo he entregado mi confianza.

Llevo un tiempo haciendo limpieza de lastre. La gente que ni me aporta ni me hacer sentir bien está siendo relegada o suprimida de mi vida. Y estoy cambiado mi costumbre de anteponer a los demás. Sé cómo suena. Y no, no es una falsa modestia. Desde hace tiempo, creo que busco la aprobación de los demás, así que soy una persona predispuesta a ayudar o quitarme a mi para que otro este bien. Sobre todo si creo que no están en un buen momento.
Supongo que ese tipo de personalidad te hace juntarte con gente muy vampírica y/o dependiente. O simplemente egoísta. Así que intento ser más equilibrada.

Bueno, resumiendo, quiza esté en un momento de reconstruirme. Mi peso está en tres cifras y eso es mucho que arreglar. Eso y todas sus consecuencias, de salud, de confianza y sentimentales. Tengo que reconciliarme con mi trabajo, porque estoy realmente quemada y descontenta. En unos cuatro meses el ordenador se ha convertido en un amienemigo. Quedarme en paro me ha sentado realmente mal, esta vez.

Intentaré contar algo de todo esto. Ya veremos. No puedo prometer nada ;)



15 febrero 2014

El fantasma de Madrid (inspirado por Arena)

Puedes encontrarte muchos fantasmas en Madrid. En el Palacio de Linares, en la Casa de las Siete Chimeneas. Quizás en la Casa de la Villa, que tantas torturas albergó. Todos esos fantasmas, como los dioses de los humanos, son fruto de nuestra imaginación, psicosomáticos, no implica que sean no reales. Una vez que una enfermedad psicosomática aparece, hay que poner doble solución, resolver el problema físico (y que no es fruto más que de nuestro miedo), y resolver el problema interno para que no dé más problemas físicos. Resolver una sola de las partes no es suficiente.

Una vez tuve un fantasma en Madrid. Arena lo percibía también en mis ojos, pero yo lo tenía presente día y noche. En el Urogallo, junto a esas fabulosas raciones de pulpo a la gallega, me clavaba cuchillos injustificados como si quisiera matarme. En Chamberí me recordaba el tiempo que le dediqué a su bienestar antes de que se muriese. En Gran Vía me recordaba sus miles de detalles, sus invitaciones al cine, al musical de Chicago. La ilusión de la importancia que le daba a mi bienestar. No podía ir al Chino de Plaza España ni a los Tallacos, eran sitios con su firma inconfundible.

En Ciudad Lineal se me aparecía y me enseñaba dónde me dejaba para que yo fuera al trabajo. En Prosperidad me indicaba dónde solíamos cenar, dónde me compraba gominolas cuando me enfadaba. Por la Plaza de Toros no pasaba porque sabía que en la puerta él me aguardaba sonriente con los ojos llenos de Estopa y de La Fiesta Pagana.

El coche fue una batalla en la que quedamos en tablas. Se sentaba a mi lado para recordarme lo torpe que soy al volante. No llegó a desaparecer, pero me sobrepuse y seguí conduciendo. Se silenció pero no desapareció, siempre que miraba a la derecha, allí estaba mirándome con sus reproches porque había tardado demasiado o porque no había tomado suficientes precauciones.

En Malasaña me emborrachaba y me hacía un dedo en medio de un bullicioso bar. Cerca de la ciudad de la imagen, cuando por fin me monté aquel trío, estaba él presente, lamentándose de que él no fuera el chico, y sorprendiéndose conmigo ante la eyaculación femenina (¡existe! él siempre había querido verla). Aquella noche en que busqué sexo conduje borracha, y ni por esas desapareció.

Decidí, fingiendo entereza, irme de Madrid. Me acompañó en el coche hasta Dinamarca, recordándome cuando hicimos la circunvalar de París en el viaje que nos separó. Pero en Kolding... el clima resultaba frío para sus orígenes tropicales. Iba y venía a su antojo. Cuando yo visitaba Madrid, me esperaba en Barajas con una sonrisa, como antaño en Atocha. En Kolding sólo aparecía ocasionalmente, y yo me sentía aliviada.

Después de aquello, otros fantasmas aparecieron y me asustaron, y él casi se disipó. Arena me promete que en Madrid ya no se le percibe. Podría volver segura y no encontrármelo a cada paso. ¿Es ese el Madrid que recuerdo? Madrid es una ciudad deliciosamente amarga de Promesas que No Valen Nada. Sin él, solo es una gran ciudad desconocida. Con él, es un sitio donde me ahogo a cada paso.

08 febrero 2014

¡No pienses!

¡No pienses! Actúa.
¡No pienses! Actúa.
¡No pienses! Actúa.
¡No pienses! Actúa.
¡No pienses! Actúa.
¡No pienses! Actúa.
¡No pienses! Actúa.
¡No pienses! Actúa.

(Bloqueada en el coche, ante la perspectiva de poner el contrato firmado en el correo).

02 febrero 2014

Mail y respuesta

Hola!

Tengo una pregunta lingüística, aunque no me corre prisa porque paso ya mucho de las tonterías de Chris. De vez en cuando me escribe, y le suelo contestar de buen rollo. Pero el penúltimo SMS sonaba a flirteo, y está cerca San Valentín, así que decidí no contestar. Decía así:

"Any new years resolutions? Btw, what sort of things do you do when you aren´t charming dreamy guys named Chris?"

Pues lo dicho, que no le contesté, y se me indignó, as usual. Y me volvió a escribir. Me suena que no debo contestar al mensaje, pero me pica la curiosidad por saber qué quiere decir exactamente.

"Well, it´s obvious you finally pursued your dream of becoming a mermaid... when you are done singing songs with your underwater friends, send me a text, I have a fun idea."

Qué quiere decir con lo de sirena? Que me gusta bucear? Que me quiero ir a Dinamarca y en Copenhague hay una estatua muy famosa? Que me gusta estrellar a los marineros contra las rocas en plan Ulises?

Me falta tanta cultura popular...

Qué tal por ...? A mí me dieron el curro de ..., pero tengo los "pies fríos". No sé qué hacer. Cuando llego a casa, me quedo siempre en el coche, bloqueada. Me parece una gran metáfora de mi vida. Tengo un coche que me podría llevar a cualquier parte si quisiera ir y que mucha gente pugna por conseguir. Pero no sé a dónde quiero ir.

Besos

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Estoy en el curro y tengo un lío horrible. Luego te contesto bien. Sólo se me ocurre una cosa ahora mismo:

te quiero, cal :)

01 febrero 2014

Empresas bulímicas

La bulimia en la empresa, o en algunas de ellas, se reconoce por llevar este ciclo autodestructivo:

  • Período de carestía de pedidos, durante la cual se congelan las contrataciones, llegando a situaciones muy límites.
  • Proyección de negocio. La perspectiva de conseguir una nueva fuente de ingresos consigue que la empresa pretenda lo imposible: que se trabaje más de 14 horas al día. Cuando se dan cuenta de la imposibilidad de que el día tenga 30 ó 40 horas, se abre la mano para las contrataciones.
  • Atracón de contrataciones. Necesitamos cubrir puestos de trabajo ¡YA! Los procesos de selección son cortos y caros, y hasta cierto punto, aleatorios. Se utilizan head hunters para agilizar procesos, con el consecuente encarecimiento. Se pretende que los nuevos trabajadores conozcan el producto incluso antes de empezar.
  • El negocio que se pretendía conseguir suele reducirse a algo más tibio que lo que al principio se esperaba.
  • Para proteger beneficios, despedimos a los trabajadores en otro proceso muy rápido, aleatorio y en ocasiones caros, pues los que se quedan deciden, a veces, pirarse. Sobre todo cuando ya han visto a la empresa llevar estos procesos varias veces y saben la poca seriedad con los que se llevan a cabo.
Mi recomendación final. Si tienes que trabajar en esta empresa, pide mucho dinero y protege tus beneficios. En ocasiones es interesante porque te ofrecen un trabajo cuyo nombre va a lucir en tu CV. Pero no te ciegues.