31 marzo 2011

Las relaciones según Cal, en Marzo de 2011

Al hilo del gris de Arena, he estado, como siempre, pensando en mi posición con respecto a las relaciones. La realidad es que ya no quiero grises, después de cinco años de grises, grises muy negros, y grises muy blancos.


Ya no acepto grises. Quiero decir, entiendo que las personas pueden conocerse todos los días y que puedes sentir química por alguien. Es legítimo y nada que puedas hacer por ello. Hasta ahí, vale. Pero, ¿cultivar una relación que está en el filo de la navaja? WTF?


Sí, estrictamente, es un gris blanco. Parece injusto exigir que pongas distancia con una persona porque sientas química por ella, si esa persona es además alguien con quien puedes hablar de tus aficciones, en este mundo en el que estamos tan solos. Argumentos como "¿qué he hecho yo para que desconfíes de mí?", o "cree el ladrón que todos son de su condición", te atrapan en una espiral de culpabilidades, celos, salidas acaloradas, actos de contrición, etc.


Por eso yo prefiero buscar a alguien más honesto. Más valiente, porque la honestidad resulta difícil sin valentía. Y es ahí dónde el chico de hermosa sonrisa empieza a fallar.


Y es que planificar una conquista es planificar una relación. Y cuando ves ciertas actitudes suyas con la colombiana no puedes más que pensar "no quisiera estar en su pellejo", por más correcto que él haya sido.


Yo lo que exijo en una posible pareja, es que por ejemplo cese la caza hasta que se resuelva si va a haber relación o no. No es justo, porque es algo que no comunico. Pero ¿acaso es justo que unos varones nos gusten y otros no basándonos en el olor? Esto no es un trabajo y no hay igualdad de oportunidades para todos. Él tiene derecho a hacer lo que le venga en gana, pero yo tengo ante todo derecho a decidir.


Las relaciones son difíciles, y básicamente, se resuelven por satisfacción de la pareja. Me planteo por ejemplo que en una relación es altamente probable que tenga que realizar una felación, y es algo que en general, no disfruto. Tienes que trabajar mucho para que le guste, buscar la posición adecuada, investigar cuál es el área más sensible (porque no todos los chicos son iguales y la psicología influye mucho). ¿Le gusta mirarte a los ojos mientras? ¿Le gusta que le roces otras partes? ¿Cuáles? ¿Y con qué intensidad, para cada momento? Posiblemente es algo que no haga bien a la primera. Duele la mandíbula y se te queda la boca seca. Y lo peor de todo, hay ratos que es profundamente aburrido.


Si todo este trabajo te da pereza porque a él no le ves tan entregado y no tan interesado en la relación, mira, es mejor que te compres un consolador y tengas fantasías sexuales en las que seguro que no tendrás que trabajar. El ser humano es el animal que puede sufrir o disfrutar simplemente con la imaginación o con el recuerdo. Así que si te mola un tío, y te imaginas que puede ser un capullo, mejor te imaginas que estás con él y pasas de la persona real. Porque además, probablemente, el que te gusta no es él, sino la imagen idílica que te has hecho de él.


Por supuesto, no digo que no lo vaya a hacer jamás. Digo que ponerme a la faena es algo que no voy a hacer con cualquiera. Y tiene que ser con alguien que rechace los mismos grises que yo. Pero por convicción y no para liarse conmigo. De ahí a que no comente mi opinión al respecto (demasiado tiempo viendo como la gente muda de cara para alcanzar sus objetivos).


Al mexicano nunca le realicé una felación, y él nunca lo pidió. Tiene razón Arena en que me he vuelto un poquito como Marco, porque eso es algo que él tampoco hizo hasta que no lo pedí, y tardé mucho en espabilar. E igualmente como yo, es algo que él hizo desde la primera vez igual que yo lo hice desde la primera vez con Marco.


Por eso el mexicano me hacía sentir culpable a todas horas y procuraba liarme lo menos posible con él. Cuando él preguntaba, yo le contestaba que tenía la sensación que él estaba más pillado. Él decía que yo no le conocía. Vale, había honestidad por las dos partes. Y sabía que él se liaba con otra. Pero yo no me sentía cómoda con solo recibir y no dar nunca. Aunque ahora esté deseando verle y haya acordado con él que dormiré en su casa en Madriz.


Debe tener que ver con que cada vez soy más de derechas. Y es que a veces, muy pocas, me planteo, que si la sociedad occidental ha establecido mediante ensayo y error y siglos de investigación que el ideal de compañía son dos homínidos que duermen juntos, ¿quién soy yo para cuestionarlo? Es decir, sí puedo cuestionarlo, pero pierdo el tiempo porque ya está todo inventado. La solución no es buscar nuevas fórmulas, sino buscar tu solución rápido para aprovechar el máximo tiempo para ser feliz.


Y al mismo tiempo una voz en mi interior se revela ante tal idea. Y esa es mi dicotomía desde que me dejó Marco.


Arena, me alegro de que hayas vuelto. Me gusta tu otro post, así que publícalo.

El blanco, el negro, y el gris inexistente.

¿Qué hay de los tonos intermedios? ¿vosotr@s los veis?

Me vais a perdonar la pregunta, pero a veces, taaaaantas veces, la gente de mi alrededor no reconoce más alla del bien y del mal, de los matices, de los atenuantes y los agravantes, del blanco y el negro en definitiva, que me sorprende, cuanto menos, tener que explicar las cosas con ejemplos claros.

Y es que, en el caso de una pareja más o menos bien avenida, nunca se puede garantizar que uno de los dos, o incluso los dos, no vaya a conocer a alguien en algún momento, que como poco, le obnubile. Y eso, de por sí, no está mal, desde mi punto de vista. Conocer, no es malo. Es vivir.

Si vierais la cara que se le pone al personal cuando dices algo así, como poco, asusta un pelín. Es como si de repente, te convirtieras en un peligro, una amenaza para su bienestar. Como si fueras inestable en vez de racional. Como si de tí dependiera su pareja (la tengan o no).
Y entonces es cuando empiezas a explicar: que lo malo, es la traición. Que lo saludable es tener un pacto con tu pareja que determine lo que sois y lo que tenéis, y que eso, es lo que tiene que ser sagrado. Que cada uno, tiene un punto de equilibrio y comodidad para estar cómodo con el otro. Y empiezan a suavizar las caras. Lo que dices, tiene algo de sentido.
Lo que está mal, es faltar a ese pacto. La traición no es conocer a alguien, que todos conocemos gente constantemente sin que signifique nada mencionable. La traición es mentir, no respetar y sacrificar el pacto de bienestar de tu pareja, para el provecho propio. Conocer a alguien y no decir que tienes pareja, actuar tonteando para conseguir algo de esa nueva persona, y finalmente, cruzar la línea que trazaba un trato de compromiso con esa persona a la que has prometido que jugarás al mismo juego que ella. Ahí las caras suelen volverse asertivas y se mueven arriba y abajo como si fueran el perrillo del cuello flojo de un coche viejo. Pero tengo que describir una traición para que no se sientan violentos.

No todos necesitamos lo mismo. No todos somos iguales, y esas diferencias, son lo que nos ayuda o nos impide estar con una u otra pareja, entre otras cosas.

Ninguno estamos libres de conocer a alguien que, por química o naturaleza, nos atraiga como pocas personas lo hacen. Las hormonas, la complexión, el olor (ay! el olor....), son percepciones que no son controlables y que sin embargo, no menosprecian el calor, el cariño y lo reconfortante de un abrazo matutino de un amor longevo.
Y sin embargo, como si todos fueran a ser víctimas de un engaño, se posicionan a la defensiva. Y me hace gracia. Sobre todo si pensamos en cuántos de ellos han engañado, y cuántos han sido engañados. Pongamos que, al menos la mitad de ellos, fueron traidores en algún caso. Supongo que una atracción animal, científicamente testada, habría sido una excelente excusa para ellos. Y es entonces cuando interesan los grises.

Y no. Nunca he sido infiel o traicionado ese pacto.

...y como íbamos diciendo... las amistades.

Hace tanto que no escribía, que no sé ni qué fue lo último que conté antes de mi último post. No puedo dilucidar, ahora mismo, cuánto ha cambiado mi vida desde esa última vez que supisteis de mí. Lo que sí puedo decir, es que es bastante menos de lo que yo esperaba que fuese.

Hay veces que sabes que la gente se hará especial en tu vida, pero no sabes exactamente de qué manera. A veces para bien, y a veces, para no tanto. No sé si eso le pasará a todo el mundo, o si es sólo una cosa que me pasa a mí, que la gente me da "pálpitos". Como si de repente fuera muy fácil llevarte con alguien, o por el contrario, todo sale al revés. No diré que no me equivoque nunca, por que mentiría. Recuerdo el caso concreto de un chico, que desde el mismo momento en que me lo presentaron, hubo algo que no funcionaba. Como cuando te acercas a un coche y te da calambre. Un amigo común me dijo que, seguramente, tuviera algo que ver con que él y yo, nos parecíamos más de lo que pensabamos. Teníamos personalidades fuertes (que no agresivas, conste), y que debería darle una oportunidad. No sé si tuvo esa misma conversación con él, pero el hecho es que me equivoqué. Ahora es un amigo, al que llamar si necesito algo, y con quien disfrutar de las cervezas de importación fresquitas que tanto nos gustan. Me encanta haberme equivocado en ese caso.
Sin embargo, lo que jode sobremanera, es el hecho de equivocarte en el sentido contrario. Para mí, es como envenenarme con setas. Pensar que algo era bueno y dejarte, como poco, con un dolor de tripa, no mola nada.

En este tiempo que ha pasado, me ha sucedido eso con dos amigas que eran cercanas. He descubierto el desasosiego de descubrir que las cosas no son lo que eran, y tomar decisiones que sólo saben bien con el tiempo, y la perspectiva de haber hecho lo correcto.

Hay veces que los recuerdos, dan ganas de moverlos con un palo, para comprobar cuándo se van a morir del todo. Como un niño pequeño que se encuentra un pajarillo caído de un nido.

29 marzo 2011

Beso, Atrevimiento o Verdad

Lunes por la mañana. Llega el ser cuya sonrisa ilumina Dinamarca y me mira con los ojos entrecerrados. "Vaya jueguecitos gasta vos".

Recuerdo la noche del sábado. Con dos tequilas encima, y cansada de elucubrar si se acostaba con la colombiana o no, se me ocurre una idea que con el puntillo me parece buena, pero que en pleno uso de mis facultades hubiera deshechado por infantiloide... Ellos se iban y yo me fui donde otro amigo, y decidieron acompañarme. Y decidí jugar a Beso, Atrevimiento o Verdad. Claro que teniendo en cuenta que los dos son de fuera, no fue tan infantil la idea, porque no conocían el juego.

Aquel juego estuvo subidito de tono. Manoseos, besitos, y verdades. Cuando pregunté cuándo habían puesto el marcador a cero (jajaja), las fechas no coincidían, el chico de bella sonrisa esa misma tarde, ella, hacía unos días. Ella se apresuró a preguntarme lo mismo, claro. Yo dije la verdad, desde noviembre! En el momento no le di demasiada importancia, pensé que ella mentía para encubrir la relación.

Pero cuando me mandó la mirada envenenada el lunes por la mañana, empecé a entender la verdad. Y contesté, mira, chico, a mí no me mires que no fui yo quien puso el sábado el marcador a cero.

Pasaron varias cosas más. Ella estaba presurosa por irse, y le dijo que él, si quería se quedase, aunque en un principio marchaban juntos. Luego él se ofreció a acompañarme al bar donde iba yo luego, cuando un desgarrado "**nombre del chico**" nos indicó a los dos que ni de coña.

Al día siguiente, su amiguísima nos mencionó a todos en fb los de la noche y nos agradeció que fuésemos y me di cuenta que había dejado fuera al chico de hermosa sonrisa. Pensé que era un despiste. Hoy me invitaron a cenar el viernes con todo el grupito... Más me gustaría saber si él está incluido en la invitación, porque entonces las sospechas se confirmarían.

También su actitud cambió un poco. Fue más atento. Atenciones que rechacé. Sí, ya lo sé, Arena, yo sé que estoy tomando este tipo de precauciones por Marco, no por él. Pero me recuerda demasiado a la princesa gallega como para no tomar dichas precauciones.

En otro momento del día, me contó una anécdota que había pasado, y terminó con "que tenga sexo con una chica no significa que sea mi novia". Suspiré. Qué ganas tengo de estar en Madriz, y pensaba en el mexicano, en realidad, que le veré en Semana Santa, y que siempre me pone cosas tan ricas en el chat. Me preguntó por qué, y le contesté que en Dinamarca hace demasiado frío.

Para este curso de acontecimientos, mejor la colombiana que yo. Todavía me pica demasiado la herida de Marco como para permitirme otra igual y de la misma manera, no volvería a creer en el género humano en diez años. No sé si volverá con él o no, para mí que sí, porque la vi demasiado sencilla, demasiado simple. Tal vez es simplemente ego porque yo siempre volví con Marco y no me gustaría verla más lista que yo.

Y eso es todo hasta el día de hoy.

13 marzo 2011

De lo que se entera una haciéndose pasar por sorda


LunesMartesMiércolesJuevesViernes
***************


Lo majo que es éste chico, y es que no puedo decir más que que me encanta.

Bueno, ese es el resumen de la semana. El martes no nos vimos, no es excusa, podría haberme puesto un sms. El viernes tampoco nos vimos y aún así, se ganó 4 puntos... Todos recompensados en su debido momento.

Me planteé el martes que no sabía por qué no había decidido ganar puntos, pensé que tal vez por timidez. Pero eso es el campo del psicoanálisis y no de la ingeniería conductual, así que lo dejé pasar. Simplemente es una actitud que no hay que premiar.

Hay otra chica. Una amiga nuestra, colombiana. A veces me preocupa que los colombianos se dediquen tanto tiempo a fastidiarme y no a luchar contra las FARC. En fin, yo miraba de soslayo porque con ella no es tan rígido como conmigo. Volvemos a lo mismo, simplemente es un comportamiento al que no hay que prestar atención así que lo dejé estar. Al fin y al cabo, yo parto de la hipótesis de que NO se va a liar conmigo, así que tampoco, no desearle la felicidad no merece la pena. Este es sólo un juego para mí.

Ayer cenamos todos en su casa, la chica incluida. No estuvieron demasiado mal. Cuando marchó, me dejó a cuadros. Cal, a este chico le das miedo. Tócate los cuyons. En realidad, me encantó, para qué mentirnos, al menos eso me da esperanzas. Fue delicioso.

Hablé con él directamente, sin tapujos. Le dije que confiaba en que si tenía algún problema conmigo, me lo contara a mí. El reía nervioso. Que esperaba no tener que volver tener que enterarme de esa manera. Que por qué tenía miedo. Se fue por los cerros de Úbeda y dijo que porque le había echado pimienta en los ojos. Miré con los ojos como rendijas y le dije que no creía que me hubiera cogido miedo en ese momento, que la cosa venía de atrás. Se envalentonó y dijo que si lo sabía, a qué venía preguntar. Le contesté que que me diera cuenta en retrospectiva no implicaba que me diera cuenta en su momento. Que esperaba que en adelante actuara como un adulto. Dijo que la madurez era aburrida (a veces me recuerda tanto a mí). Le dije que como quisiera, pero que en adelante si tenía un problema, confiaba que viniera a mí.

Le miré divertida, y me preguntó angustiado que "QUÉ?". Le dije que nada, que si sólo estaba allí como todo el mundo en el bar. Dijo que qué más tenía que decir. Y todavía más divertida, le dije, nu, yo nada, además, mejor MÓJATE tú.

El chico estaba tan incómodo que debía haberme sentido mal, pero la verdad es que yo me sentía por las nubes.

El sabor es agridulce. Por qué no se remata la faena de una vez y nos dejamos de tonterías? Algo comentó sobre que él estaba preparado para la batalla, pero no creo que debiera verme como una enemiga, sino como una aliada.

Pero volvemos a caer en el psicoanálisis, y estoy decidida a seguir siendo conductual.

08 marzo 2011

Súper Nanny y la velocidad

Después de una sabia conversación con Arena, que me hizo pensar en el problema en sí, de ver algún vídeo de Emilio Duró, que con sabiduría dijo que si repites el mismo experimento obtienes los mismos resultados, recordando viejos momentos en los que Cal hablaba de "cuestión de bonus" (oh tiempos, oh costumbres), y juntándolo con la Super Nanny, llegué a la conclusión que quería hacer un nuevo experimento, y no seguir con las viejas costumbres.

Y lo empecé ayer y de momento funcionó bien. Cambié mi cortesía habitual por una Cal un poco menos dulce. Fui de mi casa a la parada del autobús repitiendo cual mantra "el chico de la hermosa sonrisa es el mexicano", pero claro, con nombres propios. Intenté tratarle a él cómo hubiera tratado al mexicano, y algo funcionó. Antes de media mañana ya lo tenía intentando no dejarme pasar por una puerta. Tonteando, vaya, lo cual es una muestra de interés, mejor que lo usual.

Lo anoté y le puse un punto positivo. Y le di un refuerzo positivo también, le mandé un mail coñita, recordando algún momento divertido del sábado!

Seguí con el mecanismo. Lo cierto es que lo voy anotando en mi agenda, para ver progresos y ver cuántos positivos gana cada día y si es ascendente. Si funcionara, no me gustaría demasiado. Bueno, para liarme con él sí, porque a nadie le amarga un dulce. Pero iniciaría una relación aunque sea como la de Marco con el perro de Paulov? Y estoy dispuesta a ser la Súper Nanny para siempre? Ya cruzaremos ese puente cuando lleguemos a ese río.

La siguiente parte del título es sobre la velocidad, porque no sé si lo dijo intencionadamente o no. Pero al hablar de Induráin con cierta pasión (y eso que nunca me gustó el ciclismo) me dijo que estaba claro que a mí lo que me gustaba era la velocidad. Entre eso y nepomuk sugiriendo en su blog que con las mujeres hay que ir despacito mientras que con los hombres las relaciones se hacen al golpe de testosterona, me sentí, otra vez, demasiado masculina. Será que de verdad tengo que echar el pie al freno? Marco solía insinuar que a mí los juegos previos no me iban mucho y que yo iba más al tema, que sí me gustaba que fuera muy muy largo.

Lo bueno es que mi leit motiv ha cambiado. Ya no busco desesperadamente en youtube el "Te echo de menos" de los dos lados de la cama. Que haya cambiado a Álex Ubago, por cursi que sea, al menos da la sensación de movimiento.

Buenas noches!

06 marzo 2011

Súper despistada




Es la primera vez que conozco un chico tan duro como él. No me malinterpretéis, no es que sea chulo, o pícaro o algo así. Lo que es es imposible de seducir. Y no es que no sienta la química por mí. Es que es duro de pelar, y eso es todo. Ayer le miraba mientras estaba con otras chicas, tranquilo, relajado. Y me di cuenta: con la única que mantiene tantísimo las distancias, evita los contactos físicos y procura tener una relación que de fría, es antinatural, es conmigo.

Al principio creí que era porque no le gustaba y simplemente era demasiado noble para aprovecharse de la situación. Vino Carlos a visitarme, y después de observar, dijo que no lo veía tan claro. Luego pensé que era porque trabajábamos juntos.

Se hace el duro y el difícil, o tal vez no quiere, o yo qué sé. Y yo cada vez hago más travesuras. Ayer volviendo de fiesta, en un largo recorrido de una hora de búho, me preguntó algo y le dije una respuesta aproximada. Le cogí la mano y empecé a juguetear. Me dijo que cómo no lo podía saber y yo le dije que tenía la misma obligación de saberlo que él. Mmmm, pero es que ASÍ (señalando la mano) no puedo pensar. Puse gesto de absoluta indiferencia y dije, "Sí, ¿no?" y pasé de él y seguí a lo mío, jugando en el filo de la navaja con su mano. No seas pesado y búscalo en google. ESO es demasiado FÁCIL. Puede ser, pero es súper FREAK, míralo así.

Y se desasió de mi mano para buscarlo en el móvil el muy mamón. Pero por diez minutos se dejó hacer. O yo qué sé, tal vez no quiso ser brusco.