15 febrero 2016

San Valentin de Rugby

El problema de tener amigos, así en general, y lo que es peor, tener un grupo de amigos, es que o eres un hipócrita y tragas con el leitmotif del grupo o te conviertes en un paria.

Mi grupo de amigos es insoportablemente (a ratos) blanco y sanísimo. El sábado, mientras hacíamos un trabajito de máquina de coser, el inglés me contó sobre la nueva chica con la que tenía citas. "Es inteligentísima, quiero jugar al ajedrez con ella". "Será que quieres tener sexo con ella, ¿no?". No, no tenía prisa, y que los rollos de una noche no le gustan, porque le das mucha intimidad a una extraña, y simplemente "doesnt feel right". Yo, claro, alucinando. 7 años de ETSIA no son en balde.

Vale, la ETSIA era un puterio. Pero molaba. Por eso cuando el sábado por la noche decidieron ir a cenar y luego a beber, como gente sana que son, me escapé a un bar LGTB. Vi un montón de tetas y gente bebiendo tequila de ellas. Jugué un futbolín. Tonteé con una travesti. Vaya, la vida gamberra que echaba de menos.

Lo cierto es que cuando iba para allá, porque está ciertamente apartado, por la calle principal, escuché la voz penetrante de uno de mis amigos blancos y puros. No me volví por si no me habían visto. El domingo empezaron las preguntas "¿Qué hiciste anoche?". Me salí por la tangente y contesté que fui a casa de un "friend", que mola porque no tiene sexo. El inglés nos había invitado a un desayuno británico para ver el Italia-Inglaterra. Así que como no soy fan del rugby, y había dormido poco, me quedé dormida. César, que es un poco más gamberro que los demás, me preguntó que qué había hecho que estaba tan guapa.

Por la noche fuimos al cine a ver Deadpool, y Tessa me preguntó que qué había entre yo y Mihai. Pobre Mihai, le ha tocado la china. Es lo que tienen los amigos blancos, sanos y puros. Carecen de imaginación. La semana que viene voy al Club Swinger si lo encuentro. Pues menuda es Jutlandia.