A veces me pregunto por qué aguanté tanto con Marco. Hay quienes me lo preguntan todavía. Y casi, después de dos años, pensaba que esto no me podría volver a pasar.
He madurado, he ido a otro país, he visto mundo, he conocido gente. He experimentado lo de mejor sola que mal acompañada, en muchos sentidos.
Decidí ponerme en forma y decidí correr dos veces por semana. Hace frío aquí, así que cogí la braga (prenda de abrigo similar a una bufanda cerrada, pero de tejido más fino) que tenía por ahí arrumbada... La he lavado muchas veces. Me la puse y me vino, tenue después de mucho tiempo, su olor. Y le recordé en sus mejores momentos, y en las razones que me llevaron a recaer tantas veces.
No estoy segura de que a día de hoy, no volvería si él se lo propusiera. Me alegro de estar lejos de sus caprichos y de su círculo. Pero me molesta la idea de no ser lo suficientemente fuerte.